Rosario Central venció, con un gol apenas comenzado el encuentro, por 1 a 0, a un Boca que suma su segunda derrota, por la décima fecha de la Superliga, en el Gigante de Arroyito.

Ruben, ex River, festeja el gol que decretó el 1-0 final.

Rosario Central, que sigue con el interinato de Leonardo Fernández, recibió a un Boca que llegaba de la primer caída en el torneo ante Racing, por la décima jornada de la Superliga, en el Gigante de Arroyito. El dueño de casa pretendía levantar la cabeza, tras el mal pasar con Paolo Montero a la cabeza, mientras que su rival iba en búsqueda de mantenerse a seis unidades de San Lorenzo y Unión, que ganaron sus respectivos partidos.

Los primeros instantes del encuentro mostraron lo que sería la postal del trámite: Central, que se chocó con un gol a su favor tras una pelota de parada en el amanecer de la velada, marcó el terreno con rigidez en cada pelota, a la espera de un error del rival. Boca, con los fantasmas de la derrota en la fecha anterior y en su debut sin Benedetto, intentó tomar las riendas pero las ideas no fueron claras. Comenzar con un resultado negativo acomplejó aún más el panorama para los dirigidos por Schelloto. Los laterales, casi como una costumbre insana, estuvieron imprecisos a la hora del retroceso, y el rival capitalizó esas acciones para tratar de generar peligro en el arco defendido por Rossi. Aún así, sin claridad y muy desprolijo, el visitante, con destellos de Cardona y alguna que otra patriada, fue el que más le propuso al trámite. Pero si algo faltaba para lo que venía siendo una noche negra, en los últimos instantes de esta etapa, Paolo Goltz, que ya tenía una amarilla, se fue expulsado tras golpear, infantilmente, a Marco Ruben sin pelota.

A los 4 de comenzado el choque, tras un corner en el que Fabra pierde la marca, Marco Ruben marcó la ventaja para su equipo con un cabezazo. A los 38, Paolo Goltz, vio la segunda amarilla y dejó, ingenuamente, al visitante con 10 jugadores.

El complemento presentó un partido con ninguna similitud a los 45 anteriores. El Canalla se plantó en la cancha y se adueño de la posesión, llegó con frecuencia al arco rival y generó más química en la mitad de la cancha, ya que aprovechó el jugador de más. Boca, sin rumbo, entró en un juego tonto: el de las faltas y el de los reproches infundados, basados en la impotencia de no llegar a una solución positiva ante el parejo partido que el local disputaba. Carrizo, con su característica rapidez, se familiarizó con la pelota y fue un dolor de cabeza para Peruzzi, que lejos está de su mejor versión, y también para Rossi, el único responsable de que el conjunto de la Ribera no estuviera cayendo por más goles. En los últimos 15, el Xeneize, repleto de amonestados (Perez, Peruzzi, Benitez y Nandez), con la necesidad de mostrarse como líder empezó a toparse con un planteo fluido, pero aún así nada incomodaba a la valla de Ledesma. Esto fue un arma de doble filo, ya que la urgencia de gol, dejaba al descubierto propia área y Central, con la rapidez de las bandas, era un punto a tener en cuenta. Las ilusiones visitantes cobraron vida tres minutos antes de finalizar el encuentro, con una zurdazo de Cardona que, con poca fortuna, tuvo como destino el palo izquierdo rosarino. A Boca no le salió el tiro del final y Central supo mantener que la ventaja que generó en la primer pelota del choque.

Con esta victoria, Rosario Central sueña con reconstruirse y salir de los puestos inferiores de la tabla, ya que cosecha su segunda victoria consecutiva y posee 10 puntos, en la vigésima segunda posición; la fecha que viene visitará a Independiente en Avellaneda. Boca, en contraposición, sumó su segunda caída, y la ventaja con sus escoltas ahora se acortó a tan sólo tres puntos, ya que con 24 unidades marcha primero, pero el Cuervo y el Tatengue suman 21.

 

Enzo Berón