Estudiantes cumplió en Paraná y le ganó 1 a 0 a Patronato con gol de Titi Rodríguez, momento para replantearse varias cosas Pincha…
Si decimos que en el fútbol nunca se sabe lo que pueda llegar a ocurrir, por más de que se intente jugar un poco con las obviedades por “diferencias” entre equipos, hay que analizar a Estudiantes. Hoy por hoy, capaz de jugarle de par a par a conjuntos brasileños por la copa Libertadores, y en otras tantas, por no decir en su mayoría, imposibilitado ante equipos que su preocupación se basa en el día a día, cuántos puntos hacemos, qué nos queda, sacar nueve de nueve…
¿Por qué no puede mantener una regularidad? Contra Santos debió haber festejado en cancha de Quilmes un triunfo que lo hubiera perfilado hacia la clasificación de fase de grupo por Libertadores. Innumerables situaciones desperdiciadas, se cansaron de errar mano a mano, esa instancia entre delantero y arquero que el Pincha la había perdido hace tiempo, y que al perecer con Lucas Bernardi y mucho trabajo encima la vuelve a recuperar. Sí, fue una de las derrotas que te dejan conforme por la actitud, entrega, oportunidades (falladas). De las que se suponen que facilitan la preparación para el otro desafío en la semana. Pero no des por supuesto nada, Estudiantes se complica solo y pasa de desperdiciar situaciones a que desaparezcan contra Chacarita. Nueva derrota de local, que dejó la imagen de un conjunto sin ideas, nadie que se haga cargo de la conducción y los primeros resabios de jugadores que sienten el cansancio por doble competencia.
El partido de hoy era fundamental para ambos equipos, Patronato quiere seguir el año que viene en primera y otro que, gracias a las chances que da el futbol argentino, mantiene la ilusión de estar entre los puestos de clasificación hacia las copas del continente. Nada de resguardar jugadores, Estudiantes tiene que ganar. Porque la situación lo obliga, por el rival, porque tiene que rescatar niveles de aquellos que peor lo estaban haciendo. Puso todo y le bastó.
Es rápido, desequilibra, tiene una altura en el fondo que es envidiable para cualquier otro entrenador. ¿Quién no quisiera contra con jugadores de la talla de Leandro Desábato, Gastón Campi y Jonathan Schunke? Además del porte, éstos se entienden muy bien, básicamente de arriba no les gana nadie y rara vez los desbordan. Quizá su mayor falencia en el fondo se encuentra debajo de los tres palos, Mariano Andújar está lejos de transmitir seguridad. Volvió a mantener el arco en cero luego de muchas fechas, Patronato había arrancado bien, pero con el correr del tiempo el León ganó terreno.
Se entienden muy bien Juan Otero/Lucas Melano, una asociación que genera. Pero generan para los demás, les falta alguien que la meta por ellos. Porque a uno ya no le entra en la cabeza cómo puede ser que la dupla siga errando situaciones ya no de esas que sirven para el ping pong, sino GOLES. Melano es un buen jugador, sin gol. Le falta definición a Estudiantes, contundencia si se quiere llamarle, porque el partido de hoy si finalizaba tres a cero a favor del visitante estaba más que justificado. Una en el travesaño, unos pifies, una que era empujarla y otras (muchas) que era hacer simplemente lo que hizo Tití en su gol. Pensar un segundo más y decir: “si le sigo definiendo al arquero, claramente no voy a festejar un gol nunca”… ¡Melano!
Hoy debería haber sido más que un simple 1-0. Y pudo haber terminado peor la historia, por qué no. Si cuando tiene que sentenciar el partido no lo hace, no se queje luego de arbitrajes o similitudes. Lo importante es que el equipo está, la mencionada prueba de carácter, como contra Santos, hoy tenía que reaparecer. Los referentes confían, la dirigencia lo respalda, y sin más, las cosas tienen que darse de mejor manera, porque en verdad Estudiantes tiene la capacidad de resucitar a los muertos vivos o de complicarse sólo. Hay muchos aspectos por pulir, queda claro, sino se estaría hablando de otra realidad. Lo que primero urge y necesita ser resuelto de inmediato es la concreción de situaciones, con eso se ahorraría mucho de los males que lo aquejan. Luego otro aspecto para tratar es la falta de recambio, bueno, en el equipo. Hoy puso lo mejor, semana atrás contra Chacarita el descanso hacia los que más minutos aquejaban fue real, y la derrota justifica lo dicho. Mal armado el equipo por Bernardi, los que entran para suplantar no cumplen y les cuesta generar.
Una victoria necesaria por donde se la mire, no le sobra nada, es hora de que comience la regularidad con la que muchos hinchas se habían ilusionado semanas atrás. Debe retomar confianza, que aparezca una rotación fiable y luego cumplir con el objetivo: pasar de fase de grupos (libertadores) y clasificarse, una vez más a las copas (2019).