Sampaoli habló de “fracaso del proyecto” y dejó abierto un concepto para pensar en qué realmente falló la Selección Argentina.
Crear un proyecto no es jugar durante menos de un año con línea de tres defensores atrás, con dos carrileros que en realidad son delanteros, y con volantes de marca que pierden la referencia. En ese término, el técnico de la albiceleste se equivocó. Porque hay varios conceptos para tener en cuenta, que tuvieron fallas en todo este tiempo, y que, probablemente, tengan consecuencias a futuro.
Este mundial marcó el fin para varios jugadores. Mascherano y Biglia ya cerraron su puerta al seleccionado y se proclamaron como un hincha más de cara al futuro. Mientras que Banega, Fazio, Di María, Enzo Pérez, Mercado se suman a otros que su continuidad dependerá del rendimiento como Agüero, Higuaín, Otamendi. El único que tiene su propia llave a la continuidad es Messi. Todos estos nombres son consecuencia de algo. No todo pasa porque sí.
Durante los comienzos de los años 2000, Argentina comenzó a cosechar varios de los frutos que dejaron un tal José Pekerman y Hugo Tocalli con un trabajo impecable en las inferiores durante la década de los 90. Nombres importantes como Riquelme, Saviola, Cambiasso, Aimar, Samuel, Sorín, alcanzaron la gloria de los mundiales sub 20. Aunque los seleccionados a los que debemos apuntar, son los de los campeonatos ganados en 2005 y 2007 (Tocalli). Piedra fundamental de las convocatorias de Brasil 2014 y del presente mundial de Rusia 2018.
Porque fueron esos los últimos equipos argentinos que apuntaron hacia un futuro próspero. Después de la ida de los dos técnicos nombrados, la debacle tuvo su lugar. Planteles que podían llegar a tener renombre, o que sus intérpretes la rompían en sus clubes, no concretaban en la unidad, se desinflaban. Se bloqueaban. Algo fallaba en el planteo. Trobbiani, Perazzo, Grondona, no lograron establecer buen juego, no consiguieron que exista planificaciones para futuro.
Muchos discutieron cómo el promedio de edad podía ser tan alto, por qué la mayoría de los jugadores tenían de 30 años para arriba, en la lista final de 23.
Indudablemente porque a partir del exitoso paso de Pekerman y Tocalli, no hubo una propuesta sólida. Mientras los dirigentes quedaron embobados con el esplendoroso andar de la generación dorada, no se pensó nunca en la que venía. Por eso mismo, el avión que va volver de Rusia con la selección, tiene sólo dos jugadores por debajo de los 25 años. Pavón y Lo Celso. El segundo no pudo demostrar lo que vale, y el otro tuvo oportunidades pero quedó apabullado por el mal juego.
Para pensar en el proyecto que fracasó, tenemos que remontarnos al año 2009, cuando la caída de las inferiores de Argentina tuvo su piso más bajo en 2013, al quedar afuera de las eliminatorias sudamericanas al mundial sub 20. No hubo recuperación después de eso. No salieron una gran cantidad de nuevas joyas para demostrar que merecían un lugar en la mayor, no hubo grupos que permanecieron atravesando generaciones. Nunca más en la AFA se habló de un proyecto serio para potenciar las categorías menores. Claro, uno a primera vista puede pensar, ¿No queda Dybala, Icardi, Pavón, Ascacíbar, Driussi, Conti? Si, obviamente están, pero nada asegura que puedan jugar de la mejor manera. Ni tampoco que exista un líder, o referentes futbolísticos. Es incierto el andar de la Selección. Seguramente se aprovechen algunos destellos de lo que queda, pero no se pueden basar solamente en eso.
Un Messi, un Maradona, aparecen cada siglo. Ya perdimos a uno, el otro está por perderse en el avance de su edad. Ya no queda la excusa de decir “armamos el equipo a su alrededor”, porque “es el mejor del mundo”. Se acabó esa idea, se van desvaneciendo las cosechas de 2005, y 2007.
Hablar de los desastres de los dirigentes, de la pésima organización, de la insípida elección de los técnicos, y del flojo planteo de los mismos, quedará para otro capítulo. Hoy toca mencionar cómo la falta de trabajo en las inferiores nos lleva a esto. A pedir que entre cualquiera a salvarnos, a pensar que correr atrás de un tipo tirando de su camiseta es jugar bien, a meter jugadores en la lista solamente para rellenar.
Para poner un ejemplo, Francia (Campeón Mundial sub 20 2013), tiene muchísima proyección. Pogba, Umtiti, Thauvin, y Mbappé, entre otros son, justamente, un trabajo muy bueno en la base de su fútbol en las categorías menores.
Ahora nos quedamos con las manos vacías. Con una despedida a varios históricos, con la cabeza puesta en Brasil 2019 (Copa América) o Qatar 2022. Hay mucho trabajo para hacer, primeramente, se debe empezar por mirar un poco qué es lo que se hizo mal abajo. Hoy no fracasa un proyecto de menos de un año. Fracasan 10 años de desatención a los sub 17 y sub 20.