En una noche histórica, las Gladiadoras vencieron por 5 a 0 a Lanús por la quinta fecha de la Zona Campeonato del Fútbol Femenino.
En el día de ayer, previo al Boca-San Lorenzo, había en el aire un clima especial. No sólo por el hecho de que era un clásico, sino porque un par de horas antes, se iba a jugar un partido histórico.
Las Gladiadoras, el equipo boquense de fútbol femenino fue noticia porque disputó su partido contra Lanús, en el mítico estadio La Bombonera. Hay que tener en cuenta varios factores que agrandan la escena. Primeramente, que sus cotejos eran jugados en el complejo Pedro Pompilio, donde no asiste por lo general una gran cantidad de público, y además por la repercusión que tuvo este hecho. Una transmisión no sólo en la señal que predomina en la Superliga, sino también en otras varias de radio. Debemos sumarle la gran cantidad de prensa escrita que a las 19 horas ya había tomado su lugar y esperaba impaciente las acciones.
Al grito de “Vamos, vamos las pibas” la colegiada María Laura Fortunato dio inicio a las acciones.
Ya en los primeros instantes, se divisaba una clara diferencia en cuanto se refiere a jerarquía. Era notorio como se encontraban paradas las chicas de Boca, y las de Lanús. Estas últimas, con una inseguridad pronunciada, tanto a la hora de salir desde abajo, como también para defender en el retroceso. Uno de los nombres a los que se tenía que prestar atención, era Camila Gómez. La número ocho tiene una calidad propia de selección, y no dudó en mostrarlo en el campo de juego cuando a los nueve minutos introdujo un pase milimétrico a los pies de Yamila Rodríguez, que le ganó la posición a Mayra Gauna, y definió perfecto para marcar el primero de la tarde noche.
La gente que se comenzaba a amontonar en las tribunas cantaba con fervor. Ante cada jugada, barrida, quite en defensa o lujo, los aplausos se escuchaban sumamente enérgicos y generaban un clima agradable.
La inseguridad que tuvo el fondo de las dirigidas por Karina Medrano quedó más en evidencia después del segundo gol de las locales. En una misma jugada, la arquera Pucheta y la defensa se complicaron en el despeje, y tras un gran centro de Mica Cabrera, Noelia Espíndola, (¿Con el flequillo quizás?) alcanzó a desviar levemente la pelota para descolocar a cualquier tipo de reacción dentro del área. Segundo gol, y los aplausos descendieron en manada desde los cuatros sectores, mientras las chicas se abrazaban y vitoreaban cerca del córner izquierdo, en un fuerte abrazo a la goleadora.
Así se fue la primera parte. Algo para subrayar es la actitud de las Gladiadoras para jugar. Mucha paciencia para armar cada ataque, sumado a una soltura y confianza importantes. Porque se notaba que el ambiente, ni el escenario les provocaban nervios, su tranquilidad predominaba por sobre todas las cosas. Solamente se les anota un error. En el comienzo del complemento, Victoria Sosa (de muy buen pie por cierto), se escapó y definió ante una desinteligencia de Minning y Ghigo, que después se reincorporó para cerrar heroicamente y evitar de esa manera la caída de su valla. Eso fue un aviso, y nada más. Después, a las granates les costó muchísimo pasar mitad de cancha con claridad. Con el correr de los minutos, la balanza se declinó por completo.
Con más espacios, con mucho más terreno para recorrer, Yamila Rodríguez se escapó por la banda izquierda y asistió a Vallejos que ganó la posición ante una estática línea defensiva que se quedaba resignada ante el tercero, y el cuarto que llegó apenas unos minutos después en los pies de la anteriormente asistidora, que para ese entonces ya se empezaba a levantar como la figura.
Los minutos restantes sirvieron para decorar la fiesta y la previa al clásico. Toque acá, toque allá, alguna fantasía de Cabrera o Gómez. Lo temeroso del equipo rival era tan pronunciado que hasta la portera Pucheta, sacó pocas veces desde su posición, mayormente le cedió el saque a alguna de las dos marcadoras centrales.
Para redondear el resultado, en una buena jugada preparada, Ghigo era habilitada después de un córner, y desde fuera del área remató directamente al ángulo superior derecho, para cerrar una noche perfecta. Y ahora sí, con un 5 a 0 en los marcadores de la Bombonera, la historia comenzaba a llegar a su fin.
Muchas ovaciones y aplausos bajaban delos cuatro sectores. Algunos ya envalentonados por la previa al clásico, pero que de todas maneras expresaban su apoyo a las pibas.
Gran juego mostró Boca que tiene una cosecha importante de goles en la presente edición del Torneo Femenino, siete a Huracán, seis a la UBA, uno a River y con estos ya suma diecinueve, con nueve puntos y a sólo dos del puntero San Lorenzo en la Zona Campeonato. Pero más allá de lo estadístico, lo que se debe recalcar es la felicidad con la que vivieron el momento las chicas. Muy alegres a la hora de dar entrevistas, con la utilización de adjetivos tales como “indescriptible, impresionante” cuando se les preguntó por la experiencia de jugar en el mítico estadio de La Boca.
Y las chicas fueron noticia esta vez. No por alguna cargada de medios partidarios, o (disculpas por la expresión) “termos” que por un resultado similar al de la derrota en Libertadores les dieron un poco de pelota, pero al haber ganado una cantidad abultada de títulos locales (¡Y de manera invicta!) no atinaron si quiera a asomar las narices. Es que la triste realidad del Fútbol femenino es esa. Un deporte casi amateur, que no recibe la atención que merece, que debe luchar contra una cantidad inmensa de estereotipos machistas, que denigran, burlan, degradan a las chicas, por su nivel de juego, por su aspecto físico, entre otras tantas. Y digo casi amateur, porque a pesar de que tienen muy buena calidad, que ponen unas ganas inmensas, no cobran, ni tampoco tienen un respaldo de parte de club, si se lesionan, no se hace cargo, por dar un ejemplo.
A pesar de lo histórico que fue el encuentro de ayer, no tenemos que dejar de lado el presente por que el día a día pasan. Tampoco tenemos por qué minimizarlo, es un granito de arena más para una construcción que se ejerce para el reconocimiento de esta disciplina. Por eso mismo, en cuestión futbolística, las Gladiadoras consiguieron una victoria, pero en un marco más general, es un triunfazo.