Cuando Javier Mascherano llegó a Barcelona, Pep Guardiola lo recibió con música clásica y le dijo: “Sabes que vienes a no jugar, ¿no?». Fiel a su estilo, el argentino agacho la cabeza y decidió que lo convencería con fútbol.
Cuando llegó y no jugaba no hacía malas caras, ni me decía cosas tipo ‘mira que soy el capitán de Argentina.’ Nada. Venía y entrenaba más fuerte al otro día y preguntaba el por qué de cada cosa. Cuando yo daba un concepto táctico al equipo, él ya había entendido antes de que terminara de hablar. Supo adaptarse a su nueva posición. Es un técnico en la cancha. Va a ser entrenador, es fijo», aseguró Pep.