Raheem Sterling es el actual goleador del Manchester City en la Premier League que tiene a los Ciudadanos en la cima de la tabla, pero el extremo izquierdo debió recorrer un largo camino hasta su excelente actualidad que incluyó el asesinato de su padre, su dura infancia en Maverley, la emigración de Jamaica a Londres para limpiar baños de hoteles, la premonición de un profesor y mucho más. A continuación, la historia completa de un futbolista admirado en su tierra que descolla en Inglaterra.
Ya desde su nacimiento, su nombre guarda un porqué. El 8 de diciembre de 1994 Nadine Clarke dio a luz a Raheem Shaquille Sterling en Kingston, Jamaica. “Cuando mi madre me estaba poniendo el nombre, mi abuela intentó que fuera ese por Shaquille O’Neal. Mi abuela vivía en Estados Unidos y quería que me llamase como él”, contó Sterling en AS sobre el origen de su segundo nombre con el exbasquetbolista que ganó cuatro anillos de campeón en la NBA.
En su partida de nacimiento, el nombre del padre brilla por su ausencia, pero su apellido proviene de una anterior pareja de Clarke, Errol Sterling. Philip Slater ejerció ese rol en sus primeros meses de vida, sin embargo, Raheem Sterling se quedó sin esa figura a los dos años cuando Slater fue asesinado a tiros en la comunidad jamaiquina de Waterhouse en 1996 luego de quedar en medio de una guerra territorial entre bandas. Allí, comenzó una nueva vida.
Raheem Sterling se crió en la comunidad de Maverley, ciudad empobrecida, plagada de armas, drogas y violencia entre pandillas. En múltiples ocasiones dejaba el bungalow de tres habitaciones donde vivía con sus ocho parientes, entre ellos su madre, para jugar hasta ocho horas seguidas al fútbol, momentos que solo se detenían cuando se escuchaban disparos en las cercanías del lugar. En su casa, poco sabía de que el dinero escaseaba. Tanto, que su primera pelota estuvo lejos de ser un balón.
En la previa al Mundial de Brasil 2014, su abuela Joy Morris reveló que sus primeras patadas fueron a un cartón de jugo ante la falta de la redonda y agregó en The Sun: “Su vida no ha sido fácil. Era un lugar difícil para crecer y tenía que ser fuerte”. Ella se haría cargo de su cuidado y el de a su hermanastra, Lakima, cuando Nadine Clarke decidió emigrar a Londres para iniciar una nueva vida tras el asesinato de su pareja, Philip Slater. Mientras, sus hijos debían esperar en Jamaica.
Redacción TYC