Uno de los futbolistas que ha dado un vuelco terrible a su carrera deportiva es Nico Williams. En las últimas semanas, el menor de la exitosa familia que disfrutan en el Athletic Club de Bilbao se ha destapado como uno de los jugadores de rotación más interesantes del cuadro que entrena Marcelino García Toral, y ha reivindicado su candidatura como uno de los talentos nacionales de más relevancia.
La última de sus actuaciones, la realizada ayer frente al Atlético de Madrid. Salió desde el banquillo, fue un polvorín ofensivo y un dolor de cabeza constante para la férrea defensa colchonera, y acabó consiguiendo el gol que situaba a su equipo en la final de la Supercopa de España.