Aunque la salida del brasileño reforzaría la caja del Sevilla y permitiría cerrar algún refuerzo necesario como el del delantero centro, con Anthony Martial como el mejor colocado, la defensa sufriría enormemente.
Solo con Jules Koundé y Karim Rekik pudiendo actuar de centrales como posición natural y con los parches temporales de Nemanja Gudelj o Fernando, a la espera de que el futbolista que pueda llegar in extremis se adapte al equipo y al estilo de juego de Julen Lopetegui.
Ganar, por un lado, perder por el otro. Y valorar si en el cómputo global acabas ganando o perdiendo. Y un Sevilla sin Diego Carlos y con Anthony Martial haría mucho más lo segundo que lo primero.