Sorprendió mucho la reacción de los dirigentes ingleses y Pep Guardiola cuando se concretó el fichaje de Julián Álvarez en los últimos días de la ventana invernal de traspasos. Todos coincidían en que sí, sumaban a un delantero de mucho nivel y con un futuro muy amplio por delante, pero más bien eso, un proyecto de futbolista que una realidad actual.
La prioridad del Manchester City de cara al mercado estival sigue siendo la de sumar a un delantero centro de primer nivel (como pudo ser Harry Kane hace unos meses), y todo apunta a que el elegido sigue siendo Erling Haaland.
El delantero noruego quiere seguir los pasos de su padre y defender los intereses skyblue encaja en su agenda de futuro, por lo que no sería de extrañar que este mismo verano obtuviésemos novedades al respecto de un posible traspaso.
Sin embargo, pese a que todo este embolado suena estupendamente bien para los intereses del Manchester City y del jugador, el que sale completamente perjudicado de todo esto es Julián Álvarez.
Las posibilidades de que el delantero argentino acabe su préstamo en River Plate y tenga que volver a ser cedido es muy grande, pues se quedaría sin sitio por detrás de una dupla Haaland-Gabriel Jesús como se prevé.