La derrota 8-1 ante Honduras en 2012 fue el empujón al abismo, y a su vez, el punto de partida para empezar a moldear un proyecto a largo plazo. Pasaron diez años de aquél encuentro clave para Canadá, que a partir de allí inició un proceso de transformación integral.

La clara diferencia con las potencias del continente marcaron un déficit traducido a una sola clasificación a mundiales en 1986, luego de eso, accedió por última vez al hexagonal final clasificatorio por Concacaf en 1998, quedando cómodo en el último lugar rumbo a un certamen al que accedieron Estados Unidos, México y Jamaica.