Quique Monleón Ciurana
Después de un lustro de infartos y pesadillas, Rubén Baraja ha colocado al Valencia entre los gallitos de la competición doméstica y, a falta de 720 minutos para que el balón de la liga deje de rodar, el conjunto dirigido por el Pipo participará en Conference League el año que viene.
Tras cinco años de no saber nada sobre la palabra Valencia club de fútbol en el continente europeo, el conjunto de Mestalla, de la mano del Pipo Baraja, está a 720 minutos de lograr una machada impensable a principio de temporada y más para una directiva que tasó el objetivo principal del club en salvar la categoría y que hoy ve con ojos vengativos y de disgusto, como el club está haciendo galones más que sobrantes para participar en la tercera de las competiciones europeas el año entrante, una competición que, pese a estar a años luz de su hermana mayor (Europa League) y su madre (Champions League), es todo un obsequio para un Valencia que debe volverse a acostumbrar a participar en este tipo de ediciones, teniéndonos que retrotraer a 2020 para encontrar el último partido del Valencia en lo que a Europa se refiere, memoria que tiene que quedar en el olvido y sin duda, luchar por entrar a una competición que asusta pero únicamente te beneficia.
A continuación, veremos los porqués de ir a Europa que, y pese a parecer uhh suplicio puesto que se pasaría a jugar tres competiciones, un equipo como el Valencia no puede seguir a la deriva y viendo como otros pueden y él, con Europa en la vitrina, dude de hacer lo que un día fue rutinario como era el jugar contra los más grandes.
Acostumbrarse a Europa de nuevo
Mestalla echa de menos los partidos europeos que solían ser rutina hace no muchos años. En Valencia se ha jugado Champions, Europa League, Intertoto, Recopa… se ha participado en la Supercopa europea… el Valencia necesita volver a sentirse grande una vez más y hacer de su eslogan (bronco y copero) una cosa certera. Pese a no ser una competición digamos prestigiosa, la casa no hay que empezarla por el tejado y más teniendo una plantilla realmente joven a la que una competición donde los equipos no son potencias como en las dos otras sí podemos ver, vendría de perlas para que el crecimiento del proyecto y el respectivo establecimiento de estos futbolistas jóvenes vaya hacia buen puerto. Si de verdad se pretende volver a ser un equipo temido y que debe engrandecer una sombra que eclipsaba el continente a principios de siglo, se debe de empezar y la Conference, aunque se caiga a primeras de cambio, es una contienda que curte a los futbolistas y los embadurna de experiencia a causa de sus dificultosos viajes, horarios y el no saber de primera mano con quien vas a enfrentarte (siendo esto lo mágico de la competición)
El Pipo lo merece
No hay sujeto en la entidad valencianista que merezca más el participar en Europa que Rubén Baraja. El técnico vallisoletano, que cumplió la semana pasada 50 partidos como dirigente del club dude su vida, llegó como apagafuegos y apuesta no del todo segura para salvar a la que había sido su casa durante casi 10 años. Pese a empezar con una derrota, se vio que Baraja no era lo mismo que los 14 entrenadores que han estado presentes en la era Meriton, habiendo recibido todos el mismo trato no yendo a ser menos un Baraja que, pese a la devaluación de plantilla que padeció en los dos mercados de fichajes que lleva como entrenador del conjunto ché, se mantiene firme y dejando claro que el entrenar al Valencia, pese a las circunstancias, es el sueño de su vida y cuando nadie creía en él y desde la directiva le dejaban claro que su objetivo no pasaba por otro que no fuese alcanzar los 42 puntos con los que se salvó el equipo el pasado año, ha puesto a la plantilla más joven de la primera división en boca de todos por su estilo ofensivo y el poder sacar todo el jugo a futbolistas que hasta hace no mucho estaban disputando partidos en la segunda federación (4 división del fútbol español).
Por su trabajo, constancia y también en parte por empezar a creer en algo más que salvar la categoría cada temporada, Baraja es el que más merece tener fútbol además de ser la Conference una tesitura que le viene de perlas a fin de seguir creciendo como entrenador empezando así a acostumbrarse a las grandes fechas intersemanales.
Mestalla lo merece
Junto a Baraja, el órgano que más merece soñar cosas más grandes que la salvación o hacer la heroica en Copa de Rey es Mestalla y su afición. De padres a hijos, todos comparten un amor incondicional por el sentimiento que se les ha sido transferido por sus ancestros, unos que ya tuvieron a su Valencia campeón y que estarían más que agradecidos de que aquel legado en forma de persona que han dejado en la tierra pueda disfrutar de la misma manera que ellos un día lo hicieron con el equipo de sus amores. No hay sujetos que más merezcan esta clasificación a Europa que los propios niños, que se han curtido viendo al Valencia que un día rozó la gloria en París y Milán, vagando por posiciones inauditas para una entidad del calibre de haberse coronado como campeón de Europa unas cuantas ocasiones (hasta 3 veces de la UEFA además de la ya extinta Recopa) y que ellos, que solo han tenido el placer de poder ver a su equipo alzarse con la Copa del Rey hace ya casi un lustro, merecen sobradamente el poder ver a su equipo codearse con equipos importantes más allá de las fronteras españolas.
Volver a sentir
El valencianismo merece más, una afición, que no ha cesado de animar pese a la destrucción masiva que ha llevado a cabo Peter Lim en cuanto a imagen se refiere, el seguidor valencianista, marchoso y propenso a hacer desplazamientos dejando de lado donde juegue su equipo, necesita el volver a verse en las coyunturas del fútbol europeo, el mostrar sus banderas y su escudo por Europa y creer, creer que la reconstrucción de este equipo es posible y… ¿por qué no soñar con llevarse el galardón a la capital de Turia? suena extravagante, raro y de haber perdido la chaveta pero y después de una temporada donde se ha sumado contra Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Atlético de Madrid o Villarreal (clubes acostumbrados ya a jugar Europa) si el Valencia ha podido con ellos, ¿por qué no presentarse en un campo europeo y dar la sorpresa tras tantos años de abstinencia europea? Muchos lo ven como una locura por el simple hecho de jugar las tres competiciones pero, y hasta que no lo pruebas, no sabes lo que puede pasar, solo queda luchar.
Son estos, algunos de los motivos por los que el Valencia debe dejárselo todo en estas 8 jornadas ligueras restantes. La clasificación a Conference no haría más que cerrar una temporada de escándalo donde el Pipo Baraja por encima de cualquier otro caso, ha ganado la batalla a la mediocridad en la que buscan convertir el Valencia teniendo así todo el lujo de permitirse soñar y debutar como entrenador en Europa dirigiendo al club de su vida. SÍ A EUROPA, SÍ AL PIPO BARAJA.