Quique Monleón Ciurana
Tras una temporada donde el objetivo pautado por la directiva se cumplió y con solvencia (no habiendo acabado la primera vuelta ya se sabía que la categoría se iba a mantener), tiene toda la pinta que en Valencia van a volver a volar cabezas de cara a una temporada 24/25 que se prevé continuista a lo visto durante esta utópica campaña (una en la cual se esperaba al Valencia en la lucha por no descender a la segunda división habiéndose salvado por algo más de 15 puntos). Pues, y en vez de seguir optando por la mejora y quien sabe, el alcanzar las posiciones europeas el próximo año, desde los altos cargos valencianistas está más que puesto el foco en la venta, la venta de futbolistas y el seguir apostando por una cantera que ya ha sacado hasta doce debutantes entre esta campaña y la anterior (Yarek, Javi Guerra, Diego López, Alberto Marí, Fran Pérez, Rubo Iranzo, Cristian Rivero, Mario Domínguez, Hugo González, Pablo Gozálbez… son algunos de los nombres que han tenido que saltarse parte de su periplo de formación en la cantera valencianista por el simple hecho de cubrir esas faltas, esos recambios que a día de hoy en la primera plantilla valencianista… ni están ni se les espera).
Lo que se preveía una temporada 23-24 de cambio y transición hacia aguas calmadas, fue todo lo contrario. Después del rocambolesco final de la 22-23 tenido por el Valencia CF, que tuvo que echar mano de leyendas del club para socorrer la situación que parecía insostenible siendo salvada por la campana y dependiendo del que hacer de otros clubes, la primera temporada como entrenador de Rubén Baraja, se temía que fuese algo más tranquila siendo totalmente, lo contrario. Con un mercado de fichajes donde llegaron a salir hasta una decena de futbolistas siendo traídos únicamente dos como bien fueron Pepelu (quien ha jugado 36 de los 37 partidos ligueros a falta de la última jornada en Balaídos y Sergi Canós, futbolistas por el que se apostó muy tarde a causa de que el máximo accionista no quiso hasta mediados de mes de agosto el invertir los 250.000 mil euros acordados entre Brentford y Valencia el cerrar a un jugador que, y a causa de haberse perdido la pretemporada, ni ha estado ni se le ha esperado.
Si la campaña 23-24, donde y a pesar de la desventaja frente a los equipos de la zona alta en lo que a nivel de plantilla se refiere, la temporada ha sido buena dentro del barómetro Meriton, habiendo rendido en buenas condiciones y por encima de las expectativas aún sabiendo que esta plantilla carecía y carece de calidad para muchos encuentros además de la falta de liquidez en términos de futbolistas que puedan desatascar encuentros, el cual ha sido sin duda uno de los conceptos por los que este Valencia no ha llegado en plenas condiciones a las jornadas decisivas en una temporada donde ha podido salvarse a causa de ser el descenso uno de los más baratos de los últimos años (que si no se hubiese estado rozando el cataclismo, pero seguro).
De cara al año que viene, toca ser sincero con el aficionado y el aficionado valencianista debe temer, debe temer porque el plan a seguir por parte de la directiva, lejos de buscar dar el paso como todo equipo de fútbol coherente tras una temporada medianamente buena tendería a hacer (empleo del capital para la llegada de futbolistas que mejorasen una plantilla que ha estado sumida en el descenso durante muchas jornadas estos dos últimos años), lo que se avecina en Valencia es un mercado estival donde se intentará sacar a todo jugador posibles y si eso, SI ESO (suena vergonzoso), se traerían jugadores gratuitamente por el simple hecho de que el máximo accionista no está por la labor de apoquinar, de mejorar dicha plantilla porque su objetivo es claro: descender al club a la Segunda División una vez recuperado lo invertido.
El post partido ante el Gerona fue la viva imagen de aquello que estamos comentando y lo que se avecina este futuro mercado estival: una desbandada sin ton ni son perpetrada por un club que no mira por sus aficionados (es un hecho que si así fuese, si mirase por el aficionado, el que se ha quedado fuera sin entrar a ver al equipo en lo que era la última jornada en Mestalla, hubiesen hecho las maletas, no el máximo accionista que es al que más costará de sacar, si no a esos cómplices que ven desde el palco sin remordimiento alguno como una entidad centenaria con una veintena de títulos, muere en manos de un magnate que ya se frota las manos de cara a un mercado de fichajes donde, y por desgracia de Rubén Baraja, va a tener donde elegir a la hora de malvender, porque ni sacar partido de los buenos futbolistas sabe el bueno de Lim).
Es ahora, ahora es el momento donde el aficionado debe pasar a la acción. Unas declaraciones dichas por la presidenta esta misma semana dejaron claro que uno de los causantes del enfurecimiento por parte de la aristocracia del conjunto ché no fue por otra cosa que por la manifestación ocasionada hace un par de años ya que, este tipo de acciones, donde el estado del estadio (vacío), queda plasmado en televisión dejando ver una imagen desagradable de lo que es por desgracia el Valencia a día de hoy. El que ayer se hiciese una concentración (la cual quedó en agua de borrajas al pasar olímpicamente mucha gente de lo realizado) debe ser otro incentivo más (el que la gente se movilice, muestre descontento) para esos aficionados que no se manifiestan pero que de verdad no quieren ver morir a su equipo.
Es por ello que pedimos a todo aficionado al Valencia, que siente no sabemos si vergüenza o rechazo al expresar su opinión en público, les pedimos que no se rindan, que sigan acometiendo manifestaciones y si hace falta pasar a la violencia como bien hacen los que a día de hoy manejan el club cuando juegan con los sentimientos de una afición valencianista que no se debe rendir, una que mire hacia un futuro libre de esta clase de elementos que causan pudor y martirizan aficiones que van de generación en generación y que, lo último que quieren, es ver el recuerdo de sus abuelos y padres, totalmente desvanecido.
Si estás verdaderamente harto de lo que a tu club le están haciendo, lucha, cree que se puede hacer y manifiesta. Vamos a ganarle la partida a esos engendros que no sienten lo que es verdaderamente el Valencia y demostrar lo que es este Valencia CF: FUERZA Y LUCHA.