Nicolás Orsini no pudo cumplir con las expectativas desde su llegada a Boca en junio, pero no por no estar a la altura desde lo futbolístico, sino por el calvario que sufrió con las lesiones desde que puso un pie en La Bombonera. El potente atacante apenas pudo jugar diez partidos y cerró el año alejado de las canchas (no disputó los últimos 13 encuentros) tras resentirse del desgarro muscular grado II del bíceps femoral derecho. Por eso, para el 2022 espera que la historia cambie, y ya empezó a trabajar para intentar que así ocurra.
A pesar de que los jugadores del Xeneize fueron licenciados hasta el 3 de enero luego del triunfo ante Barcelona en Arabia Saudita, el delantero no detiene la marcha y se sigue entrenando de manera individual, con la meta de poder llegar al primer día de la pretemporada en Ezeiza al ciento por ciento desde lo físico.

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Orsini se encuentra en Morteros, Córdoba, realizando una puesta a punto especial que fue diagramada por el preparador físico de Boca, Zacarías Gaggero, y el kinesiólogo del plantel, Leonardo Betchakian. La idea es continuar fortaleciendo la zona afectada en el duelo ante Lanús del 9 de octubre, y que se resintió un mes después, cuando estaba a punto de regresar.
De este modo, Orsini no descansa y apunta todos los cañones a comenzar el 2022 a la par de sus compañeros, con el sueño de tener un año donde la continuidad sea la regla…