Quique Monleón Ciurana
El centrocampista guineano ha encontrado su sitio en el Celta de Vigo, conjunto gallego que está siendo una de las sorpresas de esta liga, dado su futbol ofensivo, el cual ha ayudado al equipo celeste a encontrarse a 3 puntos de Europa. Tras vagar sin rumbo por Leipzig, Valencia y Getafe desde su salida del FC Barcelona, el jugador africano parece haber recuperado su mejor nivel y la confianza que todo jugador joven necesita. Esta temporada, Ilaix ya ha disputado 13 partidos y dado una asistencia, habiendo encontrado un poco de calma dentro de una tormentosa carrera como la suya.
Ilaix Moriba está viendo la luz al final del túnel. El que fuera canterano del FC Barcelona, club que lo haría debutar en la Primera División, ha encontrado en Balaídos, el lugar de crecimiento que tanto ha necesitado durante el oasis que ha sido su carrera desde que abandonó Can Barça. Actualmente, Moriba forma doble pivote junto a Fran Beltrán, un futbolista totalmente opuesto a él, de un corte más ofensivo, siendo encontrado Ilaix, mucho más liberado en el esquema de un Giráldez que, socorrió al celta en un momento de angustia y coqueteo con el descenso, teniéndolo actualmente, a las puertas de los puestos europeos (a 4 puntos se encuentra el Celta de los puestos de Europa League).
Ilaix llegaría a Barcelona procedente del otro club grande de la ciudad, el Espanyol, en 2010. Tras formarse en la Masía, siendo una de los jugadores a seguir, el centrocampista daría el salto al primer equipo en 2021. Ya en el primer equipo, Ilaix encontraría a su primer “padre futbolístico”: no otro que Ronald Koeman. El entrenador neerlandés haría debutar al canterano en Copa del Rey ante el Cornellà, donde daría una asistencia, brindando este buen debut, continuidad a un futbolista que y anteriormente a debutar con el primer equipo, se decía que estaba llamado a ser el futuro del centro del campo azulgrana.
Esa temporada con Koeman, el futbolista africano también tendría su oportunidad tanto en liga, donde marcaría en uno de sus primeros partidos (concretamente ante Osasuna), como en Champions League, donde debutaría ante todo un PSG, dando a entender entrenador neerlandés de esta manera, que la confianza sobre el joven jugador: era excelsa y que el objetivo con Ilaix no era otro que darle las llaves del primer equipo porque se sabía que en el jugador, potencial había a raudales.
Quedando fulminantemente despedido Koeman tras la no consecución del título de liga y no realizar un buen papel en Champions League, el apogeo de Ilaix Moriba llegaría a su fin a causa de crearse, en dicho momento, una enemistad entre jugador-club que llevaría al canterano a abandonar la institución blaugrana, dado que el conjunto culé, que no pasaba por una buena época en lo económico y no buscaba mejorar exponencialmente el contrato a su canterano.
Dada la negativa del conjunto culé de cara a renovarlo, la oferta de 16 millones ofrecida por el Leipzig, un club caracterizado por la formación de talento extranjero (como se esta viendo con Xavi Simons), sería aceptada, saliendo más que ganando el conjunto culé en ese instante, dado que el nivel del futbolista, bajaría de forma cuantitativa tras unos primeros y correctos, coletazos en el futbol profesional.
En Alemania, se hablaría más de lo extra deportivo, que del futbol que podría haber promovido el jugador en el país germano. Llegando tras salir por la puerta de atrás del Barça, el jugador, lejos de recapacitar frente al episodio de su renovación contractual, prosiguió con una conducta activa, viéndose reflejada concretamente, en un episodio que trunco su relación con el Leipzig, aquel donde pidió uvas durante un masaje. Lo ocurrido, sentó verdaderamente mal en la entidad alemana, la cual se vio ofendida con el futbolista, al cual le habían dado la oportunidad de sentirse importante tras ser repudiado por un Barça el cual, tras ser finalizada la cesión del futbolista en Alemania, lo volvería a enviar cedido pero y esta vez, al Valencia.
En Valencia, bajo el manto de José Bordalás, el jugador encontraría su sitio en el rocoso sistema del entrenador alicantino el cual estuvo cerca de la consecución de una Copa del Rey. Sobre el césped de Mestalla, Ilaix volvería a sentirse futbolista, desenvolviendo ese rol defensivo que lo ha caracterizado dado su físico imponente, sin olvidarse de la faceta ofensiva donde, su calidad de cara a encontrar el espacio concreto, ayudó al conjunto ché a llegar a la final de Copa del Rey (donde el guineano brindó la asistencia que ponía el empate momentáneo) y quedarse a las puertas de entrar a Europa.
Finalizada la temporada, el jugador, con el paso de los partidos y dado su buen rendimiento, se ganó a la afición de un Valencia que terminaría haciéndose nuevamente con sus servicios de cara a una temporada 22-23 donde y con Gattuso en el banquillo, el club de Mestalla no pasaría por si mejor temporada. Pese al mal hacer del Valencia en contexto liguero, Ilaix contaría con un gran número de minutos, llegándose a sumar 28 participaciones, siendo fundamental para un entrenador italiano que idolatraba al africano y por un Rubén Baraja que lo empleó en menor medida, a causa de preferir el actual técnico del conjunto ché, por el momento, optar por los futbolistas de la cantera.
Tras finalizar su segundo año en Valencia, el futbolista guineano tendría una última aventura anteriormente a recalar en el Celta, donde es uno de los jugadores más en forma de un equipo donde y al igual que pasó en Valencia, sus canterano están tirando del carro. La pasada campaña, Ilaix se encontraría nuevamente con Bordalás, entrenador que le dio los mandos del centro del campo valencianista una vez retornado de Alemania el jugador, y que volvería a darle confianza, esta vez, en Getafe.
En su segunda etapa con el entrenador alicantino, Moriba volvería a ganarse la confianza de éste, aunque su rol en el Getafe sería más secundario. El guineano disputaría, únicamente, 13 partidos en toda la competición liguera (1 menos de los que lleva con el Celta en 16 jornadas), números que no animaron al jugador a presionar al Leipzig, de cara a una negociación de venta hacia un Getafe que tampoco se vio con la motivación ni la necesidad de quedarse con un futbolista que, y al norte de España, iba a encontrar su sitio.
Tras “destacar” de forma efímera en el centro del campo del Coliseum junto a Luis Milla, Moriba haría las maletas hacia el Celta de Vigo donde han enseñado que, pese a que varios clubes le hayan dado la espalda de cara a hacerse con sus servicios, le queda mucho futbol a sus 21 años. En el esquema ofensivo del técnico gallego, el futbolista se ha acoplado de forma correcta. Dado su recorrido, es uno de los intocables del entrenador de Porriño ademas que y en su última aparición, el jugador dio una asistencia que selló la sexta victoria de un Celta que, el gran rendimiento realizado hasta el momento por su joven plantilla, ha brindado a sus aficionados: licencia para soñar con Europa. ¿Acabará quedándose Ilaix Moriba en el Celta?
