El periodista Pepe Pasqués fue su jefe de prensa durante 15 años y formó parte de su círculo íntimo. Hoy mantiene la amistad con el técnico, pero fundó su propia agencia de comunicación y conduce un programa partidario del Atlético Madrid: “Los guerreros del Cholo”
José Luis Pasqués estuvo al lado del DT argentino durante 15 años y hasta llegó a vivir en la misma casa. En diálogo con Infobae menciona el momento en el que el Cholo estuvo a punto de renunciar y la razón por la que aún el entrenador no dirigió a la selección argentina.
José Luis Pasqués es uno de los guerreros de Simeone. Lo fue durante 15 años al lado del propio protagonista y continúa siéndolo hoy desde el espacio que creó. Leal y confiable, Pepe es conocido por todos los medios argentinos y también españoles a partir de haber sido el jefe de prensa del Cholo. Pero fue mucho más que eso. Fue un consejero, un amigo, alguien con el que llegó a convivir dentro y fuera del vestuario. Ya fuera de su función dentro del Atlético de Madrid, Pasqués decidió radicarse en la capital española y volver a sus raíces periodísticas.
Tras haber acompañado a Diego Simeone en Racing (dos ciclos), Estudiantes de La Plata, River, San Lorenzo de Almagro y el Atleti, Pasqués tiene mucho para contar de tantas vivencias al lado de uno de los mejores entrenadores del mundo al que el regreso al club colchonero, le cambió la vida en todo sentido hace ya casi 10 años. En este diálogo con Infobae en Madrid, mientras prepara su programa partidario Los Guerreros del Cholo, Pasqués se emocionará, recordará y agradecerá tantos momentos que pasó con quien hasta llegó a vivir bajo el mismo techo durante 1 año y medio.
– Si bien ya llevabas 6 años con Simeone, nos ubicamos en 2011 cuando reciben el llamado del Atlético, ¿qué recordás de ese momento?
– Fue muy repentino el aviso de Diego de que nos veníamos, porque aún estábamos con contrato vigente en Racing. Me avisó una semana antes, el día de mi cumpleaños. Yo estaba en Mar del Plata. Llegamos acá el 26 de diciembre de 2011 así que casi que aquella Navidad la pasamos arriba del avión. Vinimos con el Profe Ortega, Natalia Simeone (hermana y representante del DT) y una secretaria. Era una fría Madrid, pleno invierno. Y había una cantidad enorme de prensa por su llegada. Todo el aparato comunicacional del Atlético de Madrid. Yo eso, así, tanto periodismo, sólo lo había vivido en River. Una semana antes tuve que tener contacto con el jefe de comunicaciones para pautar la presentación. Para ellos fue algo chocante de inicio que el DT llevara su propio jefe de prensa. La realidad es que en esa época, el club estaba en otro momento, no se podía exigir mucho, así que vinimos con una mano atrás y otra adelante, a la buena de Dios, sin saber cuánto íbamos a ganar ni en dónde íbamos a vivir, así me lo dijo Diego: “Natalia te va a llamar en algún momento, ¿venís?”. Sí, voy.
– ¿Eso te cambió la vida?
– Y… Tuve que decirle a mi señora que teníamos cosas importantes que hablar. Nuestra hija era chiquita, mi vieja se había quedado sola, mi papá se había muerto cinco meses antes (se emociona, se le corta la voz). Vinimos con las valijas cargadas de sobretodos y bufandas. Paramos el primer mes en un hotel y luego, al sumarse Pablo Vercellone como entrenador de arqueros, tuvimos que buscar vivienda, pero no alcanzaba la plata para alquilar algo. Entonces hablamos con Natalia y ella nos dijo “¿por qué no se van a vivir los tres juntos?”. Es que la plata no alcanzaba porque el club estaba de mal para peor. El Atlético tenía mucha deuda con Hacienda (el AFIP español), no competía en Europa. Nada. Hay que tener en cuanta que todo lo que ahora parece normal para la institución, en ese momento no existía. Entonces el Cholo dijo, “sí nos vamos a vivir los tres al mismo lugar”. Alquilamos una casa importante y nos fuimos los tres varones a vivir juntos. A la salida del hotel en el que vivimos el primer mes, cargamos todo en una camioneta que nos prestó el club, porque no teníamos auto; y empezamos a cargar valijas, a empujar para que entren. Con Pablo y el Cholo nos sacamos una foto ese día pero se perdió, no la encontramos. En ese momento el Cholo nos dijo “si me llega a ver Mourinho empujando maletas”, (risas). Es que un año antes habíamos venido de gira a ver entrenamientos y a charlar con los entrenadores que estaban trabajando, entre ellos, Mourinho en el Inter.
– ¿Y cómo fue esa convivencia en la casa con Simeone?
– Nos teníamos que organizar para las tareas. Pablo Vercellone dijo “yo sé cocinar”. Yo en tanto me encargué de contratar una chica para ordenar la casa, pagar los servicios, los impuestos. Y el Cholo nos preguntó “¿yo qué hago?”. “Vos tratá de ganar los partidos”, le dijimos, jajaja. Vivíamos en una finca en Pozuelo de Alarcón (barrio acomodado al noreste de la Capital). Nos levantábamos temprano, nos preparábamos el mate, mirábamos videos de partidos, era la convivencia de tres “solterones”. A veces ellos salían y yo me quedaba charlando con mi señora por el Skype, viendo a mi nena por ahí. Así nos arreglamos un año y medio, juntos, hasta que renovamos el primer contrato. Un día fue muy divertido: cuando se acercaba el verano, se dio la casualidad que había venido mi familia, los hijos de Vercellone, los hijos del Cholo, los padres del Cholo, en un momento dijimos “no entramos todos”. Pero en ese año y medio, si faltaba algo, ya nos unimos más desde lo personal.
– ¿Cuál era tu función con Simeone?
– Yo era el jefe de prensa personal desde 2006. En algunos momentos llevaba a todo el cuerpo técnico. En Argentina yo era del plantel completo. En River me encargué de los Abreu, los Falcao, de todos. Aquella experiencia para mí fue plenamente enriquecedora. En Racing y San Lorenzo, el nivel mediático es diferente. Yo estaba total y absolutamente atento a toda relación y mención del nombre Simeone y Atlético de Madrid y todo lo que envolviera a nuestro grupo. Además, en Europa las conferencias de prensa son obligatorias, si no hay sanciones muy fuertes; y cuando estás en un equipo Champions, vos tenés seis ruedas de prensa por semana obligatorias más los flash interviews con los que tienen los derechos de imagen, por lo cual el contacto mediático es realmente desgastante para el técnico, no así para los jugadores. Entonces mi labor iba más allá de lo que se dice o lo que se le puede preguntar, era hasta prepararlo emocionalmente, del tipo de decirle “vamos a cambiar un poquito la cara”, porque los tipos están agobiados. Un ejemplo: tenés que ir a la conferencia previa al partido, posterior a tu último entrenamiento, y la práctica no te gustó y volvés al vestuario y acá los horarios son firmes, es muy difícil que haya un atraso sustancial. Si el horario es 11:30, a lo sumo será 11:35, no podés pasarla a las 14 sin aviso. Y a veces pasaba que en un entrenamiento él veía algo y prefería hablar con un jugador o ver el video del entrenamiento y hablar con el ayudante, y armar la lista de concentrados. Y para ir a la rueda de prensa hay que cambiar el chip. Entonces ahí mi función era hablar, saber qué tenemos, esto por más que él es un lector, un tipo avispado y un hábil declarante; uno era un consejero, hacía sugerencias, marcaba los temas y qué podía decir. Además de que el club está muy metido en eso.
– Y te tocó vivir un gran crecimiento, ¿no?
– Con el paso de los años, el alcance mediático que él tomó fue muy grande. Se publicaron libros, yo escribí el primero de él. Además se transformó en la cara de marcas muy importantes, se firmaron contratos publicitarios en los que Natalia se encargó de la parte comercial y contractual, mientras yo me encargaba de toda la parte operativa. Además si él iba a dar charlas, yo era quién la conducía, más allá de toda la previa que tenía que realizar para pedir determinadas cosas, desde en dónde debía sentarse y qué micrófono debía utilizar. Con el correr de los años, con él nos conocíamos con la mirada, yo a él y él a mí. Con todo esto el trabajo en los últimos años se hizo muy amplio.
– ¿Cómo calificás a Simeone?
– Cuando se dice que es obsesivo, es porque engloba a una persona que se dedica pura y exclusivamente a eso. Lo cual es así, porque está las 24 horas del día pensando en fútbol. Yo destaco que no es solamente un obsesivo, es un estudioso. Además ha nacido con una impronta, con algo natural. Hay tipos tocados, que nacen con algo, como Rafa Nadal, Guillermo Vilas, nacieron con un don para la raqueta. Después, claro, el entrenamiento hace que vayas perfeccionando. El nació con ese don, no solamente de jugador, que se puede discutir si te gustaba más o menos, pero como director técnico nació con un don. Yo lo noté en muchísimas veces, en el día a día, hablando. Él ve cosas que los demás no ven, cosas que van a ocurrir. Pero no hablo de que diga: “ahí viene el gol de cabeza en un córner”. Eso no. Otras cosas, de oler en el vestuario, de anticipar. Y sí, pasaba. Y después su forma de ser te hace crecer, queda comprobado en todos estos años en el Atlético.
– ¿Cuál fue el mejor momento que viviste en Atlético con él?
– Haber ganado la Copa del Rey, contra el Real Madrid, en el Bernabéu, en suplementario y dando vuelta el partido y siendo el primer derby que ganábamos después de 14 años; esa noche, en 2013, fue un momento único. Y después, ganar el título de Liga en el Camp Nou en 2014
– ¿Y el más triste?
– Perder las dos Champions. La primera, en la vorágine, pasó de otra manera. Porque siete días antes estábamos celebrando esa Liga en Barcelona. Fue todo abrumador. En cambio la de Milán de 2016, tuvimos 15 días para prepararla. Fue una derrota cruel.
– ¿Qué pasó en ese vestuario?
– En Milán no lo podíamos parar, no llegó a renunciar pero tiró esa frase, “tengo que pensarlo”. Y ese pensamiento le duró varias semanas. La derrota se soporta porque es parte del que trabaja en un grado muy alto de competitividad. Lo que pasó fue que esa derrota dolió porque estábamos preparados para ganar, eso es lo que sentíamos. En lo emocional, estábamos convencidos de ganar. A él le pasó que se vio con dos finales perdidas seguidas y sintió algo que me lo dijo así: “¿cómo hago el primer día de entrenamiento? ¿Qué les digo a los jugadores? ¿Cómo puedo decir que todavía hay motivos para seguir creyendo?”. Tuvo una duda muy importante pero por suerte tomó la decisión correcta. Fue diferente a Lisboa. En 2014 fue de la siguiente manera: un sábado a la noche fuimos campeones de Liga, festejamos hasta las 4 de la mañana. El domingo, la habitual ceremonia de recorrido desde el Vicente Calderón hasta la fuente de Neptuno con millones de personas por la calle. Después la cena, la celebración al ayuntamiento, poner flores en la iglesia, entre todo dejamos de festejar el martes y jugamos la final el sábado. Así y todo se preparó bien ese partido y se nos escapó en el último minuto.
– Evidentemente fuiste alguien que tuvo mucho que ver en lo emocional en todo este proceso.
– Era lo que tenía que hacer. Siempre estuve al pie del cañón.
– Diego Pablo Simeone, ¿cambió la historia del Atlético de Madrid? ¿Hay un antes y un después de él?
– Sí, sin dudas. Eso ya es irreversible. A todo nivel cambió. Cuando llegamos la deuda del club con Hacienda (el fisco español) era multimillonaria. Ahora sé que la deuda es cero. Sólo hay algunos préstamos. Atlético creció desde su nuevo estadio de última generación. El plantel se fortaleció a partir de que antes tenías que vender obligado y ahora los jugadores se quedan y otros quieren venir. Y cambió la mentalidad: el Cholo siempre dice que él en verdad no conoció la etapa perdedora ya sea como jugador o como entrenador, pero bueno todos sabemos cómo era esto antes. Le volviste a ganar al Madrid tras 14 años, y algunos dirán que perdimos dos finales, sí claro, pero también le ganamos y varias. Empezaste a equiparar los duelos, empezaste a terciar, Ya no éramos el tercero, lejos. Metimos subcampeonatos, dos ligas, se llegó a dos finales de Champions que no sucedía desde 1974. El aumento de empleados del club fue exponencial porque el crecimiento deportivo fue a niveles muy altos y el club en un principio no estaba a la misma altura. Fue tan vertiginoso, tan rápido el ascenso deportivo, que la institución tuvo que adaptarse desde sus bases y lo hizo. El club estaba preparado para jugar las 38 fechas de Liga y lo que le tocara de Copa del Rey, alguna Intertoto y alguna UEFA con mucha suerte. No estaba armado para jugar Champions. Esto que digo no es despectivo, es para explicar cómo tuvo que virar desde lo administrativo, lo financiero. Por entrar a la Champions todos los años y ser un habitante habitual de la competición, se tuvieron que agregar fuentes de trabajo, porque ya los siete días de la semana estás pensando en partidos. Nosotros llegamos y no había publicidad en la camiseta. Hoy ya es difícil encontrar un lugar libre en la camiseta.
-¿Por qué te fuiste? ¿Por qué ya no estás más con Simeone? ¿Qué pasó?
– Hubo cosas que pasaron con el club que por cuestiones de confidencialidad no vale la pena contar. Se dijeron cosas que no fueron verdad y lo demostré con el paso del tiempo, pero ya estaba afuera. Llegué un arreglo, cobré lo que me quedaba de contrato, pero la relación estaba desgastada con el club porque fueron muchos años. En mi caso, estar en lo mediático no es fácil. Siempre acatamos ciertas cuestiones, pero preferí dar un paso al costado y no perjudicar a un amigo. Yo igualmente soy un agradecido al fútbol, siempre lo dije: en mi mesita de luz tenía una foto de mi hija, otra de la pelota y otra de Simeone, y todas las noches tenía que decir gracias. Porque gracias a mi trabajo de 15 años con Diego, conocí los cinco continentes completos. Estuve en lugares que nunca se me había pasado por la cabeza, estar en partidos de Champions que… ufff. Todo bárbaro. Pero llega un momento que el ambiente desgasta, el día a día, el entrenamiento. La carita de culo, el resultado. No poder disfrutar un triunfo porque ya al otro día tenés que estar pensando en el siguiente partido. Eso pasó. Hoy estoy en un período de mucha tranquilidad, de reencontrarme con mi señora, con mis afectos, porque a ellos se le resta muchas horas con tanto viaje y concentraciones. Pero no podía estar desconectado porque la gente del Atlético de Madrid, el hincha, me dio un lugar increíble, en las redes, en Twitter e Instagram.
Tras su salida del club rojiblanco, Pasqués siguió con lo suyo. Montó una agencia de comunicación e imagen para entrenadores de España y Argentina. Y Radio Marca (una radio 24 horas de fútbol y deporte) lo convocó para ser panelista. Pero a la vez sintió las ganas de seguir siendo parte del Atlético de Madrid, ya desde otro lado. Y así como alguna vez formó parte de un programa partidario de su querido Racing en la vieja Radio Libertad, o como cuando gestó junto con Alberto Martín, el mítico programa de TV por cable “La Cocina de Racing”, se atrevió a armar su espacio del Atleti desde las nuevas plataformas. A ese programa y para no perder su familiaridad con Diego Pablo Simeone, lo llamó “Los Guerreros del Cholo”.
– ¿Por qué te quedaste en Madrid? ¿Y cómo se dio lo del programa propio relacionado al Atlético?
– Cuando a fin del año pasado decidí terminar mi relación laboral, viajé a Argentina después de mucho tiempo sin ir, porque estuvo la pandemia en el medio. Tras pasar un descanso allá, me di cuenta que lo que sé hacer es esto, en donde me siento cómodo. Aquella salida mía intempestiva nos agarró con nuestra hija en pleno ciclo escolar en España y no podíamos cortarlo. En Madrid tenemos un lugar en el mundo hoy, mi hija estudia aquí, y es mi señora la que va y viene desde Buenos Aires para atender distintas cosas allá. Pero en el mientras tanto, cuando hice una carta de despedida en Twitter, me sobrepasó la repercusión que tuvo con la gente, con los hinchas del Atleti. Recibí llamados que me sorprendieron. Ahí ví un hueco para volver a hacer periodismo tras 20 años y soy un convencido de que el Atlético de Madrid tenía un espacio vacío en los medios más allá de su grandeza. Claro, no le es fácil. Convive en una ciudad con el Real Madrid y lo que es, es. Pero bueno, se me ocurrió una idea que es hacer un programa, al cual le puse una marca que registré llamada Los Guerreros del Cholo. Ese nombre nace en 2013 cuando yo en Twitter por la forma de jugar, empecé a decir “hoy juegan los guerreros del Cholo” y pegó. Así como también había pegado cuando al Calderón le puse “el impenetrable” porque llevábamos un largo período invicto en nuestro estadio. Esas cosas que quedan, ¿no? Que dejan marca. Y el periodismo español me ayudó mucho. Me hicieron muchas entrevistas en la previa cuando estaba por salir campeón en mayo. Ahí yo ya tenía una idea y finalmente surgió el programa que se emite por You Tube y Twitch. Lo lanzamos en verano de acá, que es un período de prueba y vamos por buen camino. Pude unir varias cosas: volver al periodismo, desde las nuevas plataformas; estar con la gente del Atlético de Madrid que después de 10 años juntos los llevo en el corazón. Porque por más que siempre seré hincha de Racing Club de Avellaneda, lo que viví en este club es imposible de comparar. Acá me abrieron las puertas y necesitaba una interacción con la gente que me dio mucho aún estando yo en mi puesto. Yo nunca vi que se grite en la cancha por el ayudante de campo, por el preparador físico. Pero fue muy fuerte lo que se hizo acá. También quise recuperar la independencia de la voz porque al no estar bajo un paraguas de un club, no se te impide dar ciertas opiniones. Tengo entonces la libertad de poder hablar, de decir que me gusta lo que me gusta y de decir que no me gusta lo que no me gusta. Vamos creciendo de a poquito. No busco competencia con otros medios, simplemente ser feliz con mi espacio. Acá tengo la colaboración de colegas que siguen al Atlético y mi intención es informar con mi tono.
-¿Al hincha del Atlético le gusta que un argentino le cuente su realidad?
– Creo que sí, los números me dicen que sí. El hincha del Atleti que me conoce, le gusta lo que hago porque yo siempre tuve una pizca de lo mío más allá de estar al mando del club. Pasa que Pasqués es picante, pero en el último tiempo lo habían cansado. Ahora estoy tratando de poner los ingredientes nuevamente en el guiso, de a poquito.
– Si no te gusta algo del equipo, ¿lo vas a decir?
– Lo voy a decir, claro que sí. En la relación de amistad por supuesto que cuando estás adentro tenés que guardar las formas. Eso está claro. Pero yo adentro discutía mucho. Con el jefe de comunicaciones, con el Cholo, con Enrique Cerezo (presidente), o sobre todo con Miguel Ángel Gil Marín (el dueño), con quien tuve enormes cara a cara. Pero mi lealtad fue inquebrantable y mi honestidad en el cara a cara fue total. Si recibí lo mismo o no, ya es otra cosa. Yo discutía con Diego, con el Profe Ortega o con Nelson Vivas, porque mi idea de trabajar con un tipo de ese nivel, no es decirle a todo que sí o que todo está bárbaro; porque creo que de esta manera uno lo ayuda.
-¿Seguís en contacto con Simeone?
-Sí, claro. Él sabe de mi proyecto. Sabe cómo soy y sabe que si como el otro día pienso que el partido ante el Elche fue un bodriazo, lo voy a decir. Yo ahora soy periodista y si para mí el partido fue horrible, lo diré. Él no se va a enojar.
– Estuviste 15 años con él y en ese lapso se habló mucho de si iba a ir o quería ir a la Selección, ¿qué pasó realmente?
-Mirá, acá venía mucho Alejandro Sabella, quien era un tipazo. Con él charlábamos y nos decía “miren que ustedes son los próximos”, pero no pasó. Llamar formalmente, creo que nunca lo llamaron. Hemos estado en el predio de AFA en un gira que hicimos, nos recibió Julio Grondona, hablamos mucho, pero no pasó nada. Yo no tuve conocimiento de un ofrecimiento formal.
– ¿Y alguna vez les dijo, “esta vez quiero ir, vamos para Argentina”?
– No, pero hay que entender algo: el haber declarado varias veces que no era el momento, sé que ha generado mal humor. Pero a veces tenemos que comprender cuando alguien no se siente preparado para determinadas cosas, o que siente que no es el momento. Creo que en los últimos años él sintió que es muy fuerte lo que le esta pasando en el Atlético de Madrid. Le cambió la vida en lo profesional y en lo personal. No te olvides que volvió a casarse. De repente, él que siempre tuvo varones futboleros, le vinieron dos nenas hermosísimas. Yo esto lo hablé mucho con él porque también me tocó ser padre de una nena de grande. Y mi hija se quedaba a dormir en la casa de él y Carla (esposa actual de Simeone), con las nenas. Entonces el cambio profesional y de vida en el día a día fue de una gran magnitud para Diego. Porque la gente habla de plata nada más, y no es plata, porque plata ganó siempre como jugador de élite. El cambio fue tan brutal que es difícil moverse. Y no hay que olvidarse que él fue muy cuestionado en Argentina, porque estuvimos en River en donde nos fue muy bien y nos fue muy mal, y quedó en la historia por más que después pasaron ocho técnicos, dos presidentes. Y eso sucede por el nombre que tiene. ¿Sabes que pasa? Acá es muy querido. El cambio que produjo fue muy grande. Se le podrá cuestionar si juega mejor o peor, pero nada. Él, junto con Luis Aragonés, es la persona más importante de la historia del Atlético de Madrid. De hecho, Simeone lo superó en números a Aragonés, pero compararnos es una tontería. El tema será para el que venga detrás del Cholo, eso siempre lo pensé. Porque gane o no gane la Champions, no es solamente el numero futbolístico, es el cambio radical que produjo, porque puso a este club patas para arriba.