Para muchos, Andy Van der Meyde era considerado el crack del futuro del fútbol holandés. Un mediocampista dinámico, de fútbol total y con una velocidad clave para su juego. Tras brillar en el Ajax, el Inter lo pagó por una fortuna y se lo llevó.
Sin embargo, un par de años después, los excesos y la vida extrafutbolística llevó su carrera al fondo del mar y quedó al borde de la quiebra financiera, y el Ajax, club que lo formó, tuvo que salir a su rescate dándole trabajo.
En una entrevista con el medio Sin Piedad, Van der Meyde confesó: «Tenía dinero y podía comprar todo lo que me viniera en gana. Hacía lo que me apetecía en cualquier momento. Salía los viernes y salía los sábados. Y salía los lunes, los martes y los miércoles. Era una locura, una manera de no pensar en mis problemas. Bebía a todas horas y así no pensaba».
Por último, el holandés reveló: «Tenía un zoológico en el jardín: caballos, perros, loros, tortugas. Cuando me llamó el Everton, me ofrecían el doble de lo que me pagaban en el Inter, y ni me lo pensé. Lo primero que hice nada más llegar a Liverpool (fue fichado por el Everton) fue comprarme un Ferrari y emborracharme en uno de los sitios más famosos de la ciudad».
Actualmente, Van der Meyde busca recuperar algo del dinero que perdió por los excesos. El ex mediocampista ahora trabaja en las inferiores del club holandés, que le da un salario importante y además le ofrece apoyo psicológico para que no vuelva a caer en la misma situación.