El equipo merengue siempre se caracterizó por tener a los mejores futbolistas a disposición. El problema es que no siempre el destino es exitoso para todos…
En la temporada 2005, el Real Madrid fichó a Cicinho, un defensor brasileño que estaba en el Sao Paulo y que era señalado como el reemplazante natural de Cafú. Y tal era la confianza del Real Madrid en Cicinho que rechazó la posibilidad de fichar a Dani Alves, que ya era una de las figuras del Sevilla.
«Durante mi etapa en el Real Madrid se especulaba con que Daniel Alves, por entonces en el Sevilla, firmaría, pero la directiva lo rechazó diciendo que ya tenían a Cicinho», ha explicado el jugador en una entrevista en el programa Arena STB.
Sin embargo, la historia de Cicinho no terminó bien en el Real Madrid: «Era un alcohólico porque no era capaz de beber una sola cerveza. Lo hacía hasta caerme al suelo. Cuando llegue al Real Madrid C.F. se me fue todo de las manos porque pretendía ser dueño de todo y se me subió la fama a la cabeza. Llegué a tomar 18 caipirinhas y 14 cervezas en una tarde. Lo único que tapaba todo eran los buenos resultados del equipo».
En esa misma línea, Cicinho recordó: «Me arrepiento de todo lo que hice y no se lo aconsejo a nadie. Estas cosas no curan ninguna depresión. Es horroroso. Me iba a beber solo o con falsos amigos. Tampoco podía controlar al fumarme y llegaba a consumir dos paquetes en un día».
Para cerrar, Cicinho agregó: «Bajo los efectos del alcohol me tatuaba y ahora me siento incómodo con los tatuajes. Bebía porque odio el dolor y lo necesitaba para tatuarme. No lo escondía. Pensaba que tatuarme me iba a dar paz. Y no es así».