Conmebol Libertadores.
El Pincha arrancó con el pie derecho este semestre, hace dos semanas vapuleó por 4-0 a Central Córdoba en la copa Argentina. Y en la noche quilmeña -jugará en el estadio del cervecero seguramente durante todo un año- del martes se dio el gusto de ganarle al campeón de América. Fue uno de esos partidos calientes de Copa Libertadores, donde un error te puede condicionar todo, y tener un rival de jerarquía como este equipo brasileño te limita a no equivocarte, valga la mención para el gol de la visita.
Los primeros minutos fueron complicados para el cuadro argentino, pero en medio del dominio de Gremio, Francisco Apaolaza (en su debut internacional) la tomó de espaldas al arco y con un simple movimiento la clavó en el ángulo, un golazo extraordinario digno de esta instancia. A partir de la apertura del marcador a los 9 minutos, el Pincha creció en confianza y comenzó a dominar el ritmo de juego. Con mucha intensidad y sacrificio, supliendo la falta de brillo futbolístico, el equipo del Chino Benítez incomodaba al rival que peleaba más de lo que jugaba.
A los 38’, en un tiro de esquina y tras varias ocasiones de peligros generadas en el área rival, Gastón Campi aumentó la ventaja con un duro cabezazo al segundo palo. La superioridad en el resultado a favor del local era totalmente merecida, pero en el mejor momento del León, Kanneman -ex San Lorenzo- dio un golpe para levantar el ánimo de Gremio. Por la misma vía que Campi, descontó a los 44 y con el 2-1 a favor de Estudiantes, bajó el telón de la primera mitad.
El inicio de la segunda fue muy similar al amanecer del partido, pero a diferencia del primer capítulo, el dominio del conjunto brasileño se extendió durante todo el complemento. Sin embargo le faltó profundidad y efectividad en las pocas oportunidades que tuvo para igualar el encuentro. La más clara del complemento la tuvo Jael con un cabezazo detenido por Andújar a los 28’.
Y la expulsión de Zuqui al minuto 31 del segundo tiempo (totalmente merecida la segunda amarilla debido a una dura e innecesaria patada a Kannemann por llegar tarde a presionar), que podría haber significado un momento de quiebre, tampoco le alcanzó al campeón defensor para igualar el marcador. Estudiantes sintió el desgaste del primer tiempo en el final, pero defendió con uñas y dientes el resultado para quedarse con un triunfo valioso. Ahora es tiempo de renovar energías, el domingo debuta en Mendoza ante el sub-campeón de la Superliga. ¿Quién te dijo que iba a ser fácil, León?