Quique Monleón Ciurana
La falta de un pivote defensivo tradicional ha sido uno de los temas más hablados en Can Barça desde la marcha de Sergio Busquets. El conjunto blaugrana no ha encontrado un futbolista que pueda rendir en dicha posición desde la marcha del futbolista catalán. Pese a no haberlo encontrado, el conjunto culé ha llegado a tener a ese futbolista solo que, la falta de confianza y minutos por parte de entrenadores como Xavi, quien acabó prescindiendo del jugador mandándolo al Porto, dinamitaron las opciones de que éste pudiese cubrir un tan complicado puesto como es el de “5”. Este futbolista no es otro que Nico González, quien es hoy uno de los líderes de un Porto donde y a pesar de no haber ganado la liga portuguesa, ha sido un jugador fundamental que ha ido de menos a más estableciéndose en el once de uno de los más gloriosos del país luso.
El tiempo le ha dado la razón a Nico González. El futbolista gallego, canterano del FC Barcelona, salió por la puerta de atrás hace ya 2 temporadas del conjunto catalán donde, la falta de oportunidades por parte de Xavi Hernández, que seguía confiando en Sergio Busquets incluso en Frenkie de Jong para desarrollar el juego desde la posición de pivote, fueron el detonante para que el ya ex futbolista culé tomase rumbo hacia el Valencia CF donde y la temporada 22-23, demostró afianzándose con el puesto, que es un futbolista más que aceptable para la Primera División y que debió habérsele brindado una oportunidad en el conjunto al que tanto aprecio y respeto siempre ha tenido el futbolista como bien es el FC Barcelona, entidad que volvió a darle la espalda el verano pasado cuando fue vendido al FC Porto donde el futbolista es a día de hoy, un jugador intransferible y habiéndose ganado a pulso el ser titular como bien ha acabado esta pasada 23-24.
Los primeros días en Portugal fueron una continuación del Nico que se vio durante su inicio de temporada en Valencia: un futbolista al que le costó entrar en el once más por su inestabilidad mental, puesto que el jugador seguía estancado en querer triunfar en un Barça que ya le había cerrado la puerta permanentemente con su venta de ahí que no contase para un Sergio Conceiçao que cambiaría radicalmente de opinión con el futbolista llegado el ecuador de la temporada, donde y en un partido de la Taça Portugal, el futbolista suplió la baja del que estaba siendo hasta el momento el pivote titular: Eustáquio, creando un dilema en el entrenador portugués a causa de la actuación mayestática realizada por el jugador gallego, quien sacó a relucir el buen trato con balón y su buen hacer defensivo que en Valencia se echó de menos con su lesión y que y a día de hoy ven en un futbolista como Pepelu.
Nico acabó la temporada jugando 20 partidos como titular de los 25 que en liga jugó. Además de su buen hacer en lo que a competición nacional se refiere, también cuajó minutos destacables en Champions, donde ayudó al Porto a llegar a unos heroicos octavos de final donde jugó hasta 101 minutos ante todo un Arsenal que el conjunto portugués tuvo en la cuerda floja llevando al club inglés a los penaltis donde un heroico David Raya cortó por lo sano el sueño de los dragones de volver a unos cuartos de final.
Pese ser un futbolista de corte defensivo a causa de su buen hacer aéreo y la calidad a la hora de desentender al rival de la pelota cuando éste se dispone a montar un contraataque, Nico también es un futbolista muy capacitado en la ofensivo, dos goles y una asistencia son las que brindó la pasada campaña de la mano de un conjunto de Do Dragao que encontró una verdadera joya de 22 años por el modélico precio de 8,5 millones, un precio que no va a volver a valer el futbolista español por el hecho de haberse revalorizado categorizándose éste en los 15 millones de euros, una subida cuantitativa y por la que en Barcelona se tiran los pelos a causa de no haber dado una oportunidad al que y sin duda, tendría que haber sido el pivote del futuro en Can Barça. ¿Si fueseis Nico, volveríais al Barça si las llamasen?