Por Baldomero Escalada
El cuadro blanquirojo fue de mayor a menor y no pudo sumar de a tres ante el conjunto gallego.
Se enfrentaban en Vallecas dos equipos con realidades muy diferentes. El Rayo queriendo meterse de lleno en el pelotón de arriba, buscando arrimarse a los equipos que compiten por jugar en Europa la próxima temporada. Mientras que el Celta necesita sumar con urgencia para escapar al sometimiento que significa estar en puestos de descenso.
El equipo de Francisco Rodríguez Vílchez fue quien impuso condiciones en el primer tiempo. Con un Isi Palazón filtrándose en posiciones intermedias de las líneas gallegas, la figura de Raúl de Tomás como referencia de área y la soltura de Oscar Trejo en el centro del campo.
Al Celta le costó mucho conseguir la posesión y más aún generar ocasiones de gol que incomoden a Dimitrievski, el portero de Macedonia del Norte. Rafa Benítez, entrenador de los de Vigo, se guardó alguna cartas ofensivas para el complemento como Franco Cervi y Iago Aspas, que ingresó ovacionado por los aficionados celestes.
La más clara para el Rayo en el primer tiempo fue un cabezazo espectacular de RDT que se encontró con una formidable respuesta de Vicente Guaita. Al partido no le sobraron emociones en la fría noche madrileña.
En el segundo tiempo a los blanquirojos les costó generar ocasiones y su entrenador apostó por variantes como el ingreso de Bebé y Radamel Falcao García, pero más allá de alguna intervención aislada, a ambos les costó ingresar en partido. Benitez apostó por la jerarquía de su banquillo pero no supo leer los puntos débiles de la defensa local y solo el Celta pudo lastimar a través de remates de media distancia.
Un punto para cada uno. Resultado que no deja del todo conforme a ninguno de los dos. Pero seguro es más cómodo para los visitantes ya que a estas alturas, si no se puede ganar se debe sumar. Para el Rayo es quizá una frustración no hacerse fuerte de local ante un cuadro que atraviesa un momento delicado y de descenso.