Supo ser uno de los mejores delanteros del mundo entre el 2012 y 2015, cuando brillaba en el Porto, en donde anotó 92 goles en 143, números por los cuales el Atlético de Madrid no dudó en pagar 35 millones. Sin embargo, desde julio del 2015 la vida de Jackson Martínez se derrumbó totalmente. El colombiano apenas jugó 22 partidos, anotó 3 goles y fue vendido en febrero del 2016 al Guangzhou Evergrande FC de China.
Tras varios intentos en vano por relanzarse, acabo retirándose en 2020 para transformarse en un devoto de Dios. En una reciente entrevista para Canal 1 de Colombia, Jackson confiesa sus peores momentos: «Tuve una vida de lujuria y alegría en los pecados. Los disfruté porque no los veía así sino como algo normal, como todos los demás. Nunca verás a Dios hasta el momento en que él sea lo único que tengas, así que tomé la decisión de concentrarme en él».
Como a muchos otros futbolistas, Jackson advirtió que tenía amistades peligrosas: «Comencé a sentir que algunas amistades que tenía me llevaban a fiestas, copas … estaba rodeado de alcohol, cigarros y muchas otras cosas también». Ahora se dedica a la música religiosa pero detalló que «Desde que llegué a España todo fue un calvario».
En el Guangzhou Evergrande de China quiza tocó fondo. Por lesiones estuvo parado unos 750 días, según el sitio Transfermarkt, y se perdió un total de 98 partidos. Decidió retirarse en diciembre del 2020. Sin embargo, no todo es malo. Actualmente posee más de 700 mil seguidores en su cuenta en Instagram y unos 20 mil en Youtube para seguir expandiendo su repertorio musical religioso.
Por Carli Barraza – Bitbol