El Real Madrid clasificó a las semifinales de la UEFA Champions League después de eliminar al Chelsea, que lo había superado durante los 90 minutos y que mereció en el desarrollo llevarse la eliminatoria. Carlo Ancelotti fue superado a nivel táctico en todo momento, pero en las grandes noches siempre aparecen los de siempre (Luka Modric y Karim Benzema) y en esta oportunidad aparecieron los jóvenes: Eduardo Camavinga y Federico Valverde.
El uruguayo, pese a que estaba perdido en la primera mitad replicando el rol que hizo en Stamford Brigde, fue de los mejores después del 0-3. Aportó pulmones, velocidad y cualidades en todos los sentidos. Sus últimos partidos, y lo que hizo en la ida, fueron sensacionales. Lo suficiente para demostrar que puede ser titular.
Por su parte, el francés fue la pieza clave para entender el cambio radical del Real Madrid en la vuelta. Su ingreso por Toni Kroos fue el cambio que acercó a su equipo a la clasificación y que explica el desenlace final. Calidad técnica, velocidad, intervenciones en muchas alturas, capacidad de ocupar mucho espacio con/sin pelota… Una noche consagratoria, demostrando que puede marcar la diferencia en los grandes escenarios.
Florentino Pérez no tiene que buscar a los reemplazantes de Toni Kroos y Luka Modric porque los tiene en casa. Eduardo Camavinga y Federico Valverde demostraron que tienen todas las condiciones para ser de los mejores del mundo en su posición en la próxima década. Una noche, ante un gran rival y en un escenario complicado, que quedará para la historia de sus carreras.
El Real Madrid tiene que apostar por ellos y confiar en su progresión, tanto para no tomar decisiones arriesgadas con inversiones altas en jugadores que no conocen el club.