No se sabe qué hubiera sucedido si Antoine Griezmann jugaba el partido completo en que el Atlético cayó de local 3-2 frente al Liverpool por la Champions League. Al francés, que había metido los dos goles para remontar el 0-2, lo echaron a los 52 minutos de juego por una patada en la cara a Roberto Firmino accidental al intentar pelear una pelota.
Según El Chiringuito, Griezmann se largó a llorar en el vestuario por la noche que parecía perfecta: «Griezmann ha roto a llorar en el vestuario de la impotencia y la rabia tras ser expulsado». Se siente culpable de la derrota del Atletico» cuentan en el programa de la medianoche de España.
A los hinchas los hizo enojar la expulsión del delantero galo e incluso Felipe culpó al árbitro de la derrota del equipo de Simeone. Pero a quien más cabreó la tarjeta roja fue al propio padre del delantero, Alain Griezmann, quien posteó una foto con la patada de Zlatan Ibrahimovic, similar a la de su hijo, por la cual solo recibió amarilla: «Zlatan amarilla y a mi hijo roja, malditos payasos» fue lo que dijo.
El partido estuvo cargado de polémicas, como la del final, en donde Simeone no quiso saludar a Klopp y prefirió irse corriendo a los vestuarios, dejando al entrenador alemán bastante cabreado.