Por Quique Monleon
Partido con toque de atención a la directiva del Turia.
Valencia y Aston Villa, gigantes dormidos del fútbol europeo, se enfrentaban en un morboso trofeo taronja marcado por la falta de efectivos reclutados por los locales, quienes llegaban al encuentro habiendo perdido 15 efectivos sólo trayendo la vuelta a sus respectivos cedidos y el fichando a “Pepelu” quien dio de que hablar a inicios de mercado puesto que la negociación era entre clubes locales, de la ciudad de Valencia.
El balón echaría a rodar y para sorpresa de todos, el Valencia tomaría el control del encuentro, triangulando con un medio del campo que hacía sonaba el balón el balón y contactaba con una delantera que no dudaba de zurrar a portería cuando se pisaba la portería del dibu Martínez quien sería un personaje de thriller puesto que sacaba de quicio a futbolistas y aficionados con sus payasadas balompédicas.
Nos metíamos de lleno en el ecuador de la primera parte cuando el Aston Villa estrenaba el marcador posterior a un error posesivo de Javi Guerra que sería capturado por Watkins finalizador de la misma jugada. El València tras haber dominado los primeros compases, caía en un bloqueo, el equipo de Mestalla iba saliéndose poco a poco del encuentro, quedándose encajado en su campo casi sin crear juego más allá de su parcela de campo, por el contrario, el Aston Villa tomaba la delantera y el manejo del juego, llevándolo a su terreno y haciendo de las internadas al campo valencianista una sintonía que iba repitiéndose. Con jugadores como Moussa Diaby o Leon Bailey (ambos fichados del Bayer Leverkusen), el equipo dirigido por Emery hacia de, encuentro algo suyo, sintiéndose cómodo y preparándose para lo que supondría el estreno liguero contra un Newcastle que no podría las cosas fáciles a los de Birmingham.
La segunda parte echaría a rodar y los fantasmas seguían sobrevolando el campo de Mestalla, el Valencia, con un juego muy plano, seguía atascado en su campo, siendo contrarrestado por los ataques de unos ingleses que no tardarían en proyectar ataques al área rival. En una de tantas vistas, un error en banda izquierda por parte del capitán José Gayà, supuso el robo por parte de Bailey quien serviría en bandeja a EMI BUENDÍA para que en el 66’ certificara casi la victoria para los visitantes quienes estaban asaltando el feudo del Turia con un genial estilo de juego posesivo y valiente.
El equipo de Rubén Baraja, ya abatido, no supo medir la situación, llegando a actuaciones de cierto cuestionamiento como un enfrentamiento entre uno de los capitanes, Gabriel Paulista y la afición que poblaba el estadio. Su entrenador diría en rueda de prensa que únicamente fue un calentamiento por parte del jugador quien recriminó la actuación de uno de los aficionados, que estaba increpando tanto la figura del hispano-brasileño como la del equipo, el cual en esos instantes necesitaba TODO menos la desmoralización de los suyos.
Llegando al acto final del encuentro, el equipo local recortaría distancias mediante un saque de esquina perfectamente sacado por “Pepelu”, flamante fichaje del club ché y único hasta la fecha del encuentro, quien introduciría olímpicamente el balón en las mallas del Dibu, que tampoco tuvo la suerte de entablar relación con el esférico.
Pitaría el árbitro el final y lo previsto era un hecho: un Valencia sin fichajes empezaba a cavar lo que podría ser su tumba a causa de la plantilla tan corta y joven a la cual se le hacían intensamente largos los partidos y carecía de ayuda experimental en muchos casos. Todo estaría por ver, no era más que un amistoso pero el Valencia ya empezaba a verle las orejas al lobo.