Por Mateo Pintado
Los goles de Dembelé, Fermín y Ferran Torres le sirvieron al Fútbol Club Barcelona para llevarse el primer clásico de la temporada ante un Real Madrid que no fue contundente en ninguna de las dos áreas, ni consiguió mandar al fondo de la red ninguno de los 28 disparos que realizaron los blancos durante el transcurso del encuentro.
Al Madrid solo le faltó meterla
El encuentro comenzó con un Fútbol Club Barcelona que como es habitual trataba de
gobernar el esférico mediante un juego directo unido a veloces transiciones ofensivas, ante
un Real Madrid al que le costó tocar el balón en los primeros compases del encuentro y
optó a realizar una alta e intensa presión zonal sin balón.
A los pocos minutos del tercer encuentro madridista en su gira por los Estados Unidos, el
conjunto azulgrana avisó por primera vez al club merengue con un ajustado y fortísimo
zambombazo desde el borde del área, que acabó rechazando en el larguero de la portería
de Courtois.
Poco a poco los de Carlo Ancelotti trataban de pelear el dominio de un esférico que en los
primeros compases había sido propiedad única y exclusiva de los de Xavi Hernández,
generando así ocasiones ofensivas que desgraciadamente para los de Concha Espina iban
escasas de peligro.
Ya en el minuto 14’, Pedri logró introducir un maravilloso e imposible pase interno al área
que de primeras remató Ousmane Dembélé y mandó al fondo de la red madridista,
poniendo así el 1-0 en el marcador del AT&T Stadium de Texas.
Los merengues reaccionaron fantásticamente al gol en contra, tanto que tan solo 4’ minutos
después tuvieron la ocasión más clara del encuentro desde la pena máxima, la mano
izquierda de Ronald Araujo interceptó un centro lateral de Dani Carvajal y obligó al
colegiado a señalar la pena máxima. Vinicius Jr fue el encargado de materializar el disparo
desde los 11 metros, aunque lo acabó estrellando en el larguero de la portería protegida por
Ter Steguen.
El transcurso de la primera mitad continuaba con un Real Madrid con más presencia en
campo rival de la mano de un dominio casi absoluto de un balón al que el Barcelona
renunció al adelantarse en el marcador, buscando así anotar el segundo tanto al
contragolpe.
Pasaban los minutos y poco a poco el Madrid parecía tener el gol más cerca, aunque
desafortunadamente para los blancos, se toparon en todas sus ocasiones con un Ter
Stegen que se mantuvo implacable durante la primera mitad, al igual que Courtois, quien
atajó varias ocasiones peligrosas por parte del Barça.
Y con un partido absolutamente roto, el colegiado del encuentro señaló la pausa
reglamentaria en Arlington, Texas.
Vinicius y Joselu no tuvieron la sorprendente efectividad del Barça
El Barcelona volvió del descanso con las pilas recargadas, dominando el balón los primeros
minutos y generando peligrosas ocasiones de peligro. Mientras tanto el Real Madrid
continuaba respaldado por multitud de jugadores blancos empleándose a fondo en labores
defensivas, pero con una falta de conexión notable en el centro del campo.
Ya en el minuto 60’, el técnico italiano decidió dar paso a Modric y a Kroos en busca de
solucionar la escasa presencia madridista en un centro del campo hasta el momento
totalmente dominado por el conjunto azulgrana.
Poco a poco el Madrid se iba haciendo con el dominio del esférico y del mediocampo ante
un Barcelona que comenzaba a sufrir notablemente a la hora de recuperar el balón y
madurar las jugadas debido a la retirada del verde de Pedri, engranaje principal en el centro
del campo barcelonista.
Ya, en los últimos compases del partido, ambos entrenadores decidieron meter todas su
armas ofensivas sobre el terreno de juego de Texas, rompiendo así el encuentro por
completo; tanto que en el minuto 84’ un error terrible en la salida de balón merengue
ocasionó un robo de Ansu Fati, quien pasó a Fermín un balón que el propio canterano
azulgrana envió al fondo de la red con un trallazo espectacular.
A pesar del duro varapalo, el Madrid continuó buscando el primer tanto mediante un Joselu
que se vió cruzado de cara a portería y un Vinicius que no tuvo su día, en un encuentro en
el que el basileño envió en hasta 3 ocasiones el balón al larguero de la portería del Barça.
Y cuando todo apuntaba a que el encuentro acabaría con un 2 a 0 a favor del conjunto
catalán apareció Fermín y le dió un pase absolutamente maravilloso dentro del área a un
Ferran Torres que supo finalizar la jugada de una gran forma, dejando así el 3-0 en el
marcador del AT&T Stadium.
Poco después el colegiado señaló el final de un partido que no correspondió en absoluto al
resultado final de él, ya que el Real Madrid tuvo muchísimas ocasiones para anotar el
ansiado gol que nunca llegó.