Por Mateo Pintado
Eduardo Camavinga ha sido el último centrocampista víctima de los experimentos de algunos entrenadores que deciden retrasar las posiciones de algunos de sus jugadores.El mismo Carlo Ancelotti reconoció en una rueda de prensa que al francés no le gusta el hecho de tener que jugar como lateral izquierdo.
Un jugador clave.
Normalmente los directores técnicos optan por probar a un jugador en otra posición cuando el mismo no es clave en su lugar natural. Casos como Sergi Roberto, un mediocentro discreto que no logró hacerse un hueco en el centro del campo de Barcelona, pero sí que lo pudo hacer en el lateral derecho, si bien es cierto que nunca llegó a conseguir el nivel de su antecesor Dani Alves, el catalán logró ser durante varios años titular indiscutible en esa posición.
El caso de Camavinga es una idea extraña de Carlo Ancelotti ya que el jugador francés tiene todas las cualidades como para convertirse en el puesto de pivote defensivo del Real Madrid. Un jugador rápido, una bestia física, con una técnica exquisita, pero con ciertas carencias tácticas habituales en jugadores de su edad.
Una cuerda en el centro del campo.
Camavinga es un gran jugador, y si bien es cierto no hace un mal trabajo como lateral izquierdo a pesar de que ni por asomo tiene el nivel para ocupar esa posición en partidos claves con el vigente campeón de Europa. El jugador ha mostrado sus grandes cualidades en el centro del campo, donde a él le gusta jugar y donde nunca tuvo un mal encuentro con la camiseta merengue. Y a pesar de no ser un mal jugador cuando ocupa el puesto que Ancelotti desea como lateral, una mano invisible e inexistente a nuestros sentidos lo llevará del cuello de su camiseta al medio del campo