La imagen de la derrota a nivel Europeo se repite como un loop interminable. La derrota de la Juventus como local ante Villarreal por 3 a 0 desnudó una serie de decisiones erróneas que borraron del mapa al conjunto italiano.
La explicación principal se debe a la política de refuerzos. Hoy Juventus no tiene nombres de élite, algo clave para pelear por la Champions League. Platini fue estandarte en la primera conquista continental, Del Piero figura en la segunda, y después, si bien no logró campeonar, contó con apellidos de peso en sus filas en las últimas temporadas como Buffón, Dani Alves, Tévez, Pirlo, Vidal, y Cristiano Ronaldo, entre otros.
Todos esos grandes nombres ya no están y se suma el éxodo de nombres fuertes como Mandzukic, Can, Higuaín o Douglas Costa.
La Juve acostumbrada a contar con varios convocados a la selección italiana que formaban su estructura, cuenta en el presente con pocos jugadores en la Nazzionale. De hecho, en el último partido de la selección por eliminatorias ante Suecia solo jugaron Bonucci y Chiesa, ambos ausentes en la vuelta con Villarreal y suelen sumarse a esas convocatorias habituales Chiellini, Bernardeschi y Locatelli. No mucho más.