El Arsenal sigue creciendo poco a poco después de años complicados. La derrota en Old Trafford ante el Manchester United es solo un pequeño bache para un equipo que quiere crecer poco a poco, pero que sabe que todavía no puede competir ante los mejores equipos de la Premier League.
El gabonés Pierre Emerick Aubameyang es el futbolista que más cobra de la plantilla y el que tiene más experiencia en el primer nivel europeo, pero su rendimiento está muy lejos del rango que tiene en el club. No termina de convertirse en el líder del equipo en los partidos ante equipos importantes (Manchester City, Chelsea, Liverpool, Manchester United) y en los partidos ante rivales inferiores tampoco demuestra ser mejor que el resto.
Mikel Arteta está cansado de su bajo rendimiento, por lo que quiere salir de él y utilizar su dinero para fichar a otro delantero centro más joven y de primer nivel europeo. El conjunto gunner juega bien y tiene las cosas claras, pero la ausencia de un delantero centro de primer nivel complica todo. Más si agregamos que no cuenta con un líder con experiencia y tienen que ser los jóvenes (Bukayo Saka, Emile Smith Rowe y Ben White) quienes pongan la cara por el equipo.
Una venta necesaria para que el equipo se aleje de los vicios de plantillas anteriores o por lo menos es lo que siente Arteta.