A veces no hace falta golear a un rival para humillarlo y hacerle sentir el rigor futbolístico. En este caso, el Manchester City le ganó el clásico al Manchester United por solo 2-0 pero mentalmente fue arrollado. El equipo de Solskjaer ni pateó al arco y el City dominó por completo (literalmente) el partido desde el principio.

Y como era de esperarse, la impotencia del United iba a aparecer en algún momento. El clima en las tribunas era de máxima tensión, y el City nunca dejaba de tocar el balón de un lado para el otro.

Al minuto 89, De Bruyne controlaba la pelota y Bruno Fernandes le dio una buena patada de atrás. El belga cayó al suelo y fue ahí cuando Cristiano Ronaldo se tiró con los dos pies para adelante y sin importarle el rival.

El luso fue con todo y dejó lesionado a De Bruyne, que quedó tendido en el suelo. Ronaldo fue amonestado y De Bruyne tuvo que ser atendido fuera del campo de juego. Contra Liverpool, Ronaldo ya había hecho algo similar al pegarle a Curtis Jones, ahora fue De Bruyne. Lo cierto es que su enemigo es Solskjaer.

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