Pese a que el equipo es muy competitivo y pelea todos los torneos en la actualidad, siendo firme candidato a ganar tanto la Premier League como la Champions League, la realidad es que el Manchester City no tiene una gran política de fichajes. Más bien es mala. O errática en el mejor de los casos. Sucede que Pep Guardiola le saca brillo hasta a una roca y entonces sus victorias todo lo tapan. Incluso esas contrataciones millonarias e inútiles que el club Citizen suele hacer.
Como la que hizo al fichar a Jack Grealish. El mediocampista inglés llegó como superestrella al cuadro Celeste pero hasta el momento su primera temporada está siendo apenas discreta, casi idéntica a la anterior.
Tras una última aceptable campaña 2020-21 con el club de su vida, el Aston Villa, en donde anotó 7 goles y dio 12 asistencias en un total de 27 partidos, Grealish aparecía como el jugador más atractivo para ser fichado por los poderosos de Inglaterra, pero nada hacía pensar que algún club se animaría a pagar lo que abonó el City: 117 millones de libras esterlinas (140 millones de euros al cambio).