La Selección Argentina llega a Qatar 2022 muy ilusionada. Un invicto de 36 partidos (el mejor en su historia), un campeonato ganado a Brasil en el Maracaná (la Copa América 2021), y otro titulo venciendo a Italia en Wembley (la Finalissima 2022). Y ahora lo más importante pensando en el mundial: un grupo consolidado dentro y fuera de la cancha. Juegue bien, o no tan bien, el equipo logró una identidad futbolística que no tuvo en la copa del mundo anterior, lo que deriva en un dato no menor: la mayoría de los jugadores hoy jueguan mejor en la Selección que en su club. Esta descripción tiene un responsable: Lionel Scaloni.
Por Jonatan Fabbian
El entrenador tomó el cargo de urgencia post Rusia 2018, dirigiendo un grupo de juveniles que fue campeón en L’Alcudia, luego pasó a un interinato para dirigir amistosos, después fue confirmado para afrontar su primera Copa América en Brasil 2019, hasta llegar la confirmación para hacerse cargo en la Eliminatoria con el objetivo mundialista. Nunca antes había conducido un equipo mayor profesional. Paso a paso, tomando experiencia sobre la marcha, puliendo errores y aprovechando las oportunidades del curso acelerado, logró un estilo. Con simpleza y eliminando las presiones de ganar o ganar.
“Esto es fútbol, hacemos lo mejor que podemos para obtener buenos resultados, pero si se pierde no es una tragedia, se puede ganar o perder… nosotros estamos para sacar lo mejor de un equipo y ser competitivos”. Así logró la tercera conquista más importante de la historia de la Selección Argentina. Detrás de los títulos mundiales con la figura de Kempes en el ’78 y la magia de Diego en el ’86, está el trofeo continental del 2021 con Messi levantando la copa ante Brasil y en el mismísimo Maracaná. En los historiales, la única final perdida por Brasil en su casa. ¿Y el famoso “Maracanazo”? Por más definitivo de un Mundial que fue, no era una final, sino el último partido de grupos del que iba a resultar el ganador del ’50, pero un empate coronaba a Brasil y Uruguay hizo honor a la garra charrúa para ganar y levantar el trofeo. Claro que eso es para las estadísticas, ya que fue la definición de la copa del mundo sin ser una final.
Pero hablando de datos, Scaloni pasó de ser un técnico precario al cuarto más ganador comandando la Selección entre 37 que estuvieron al frente de la Albiceleste. Solo Bilardo, Menotti y Basile, superan en logros a la “Era Scaloni”. Bajo la guía del santafesino, se jugaron 50 encuentros (no cuenta el partido suspendido a los 5 minutos ante Brasil), de los cuales 19 fueron amistosos, seis corresponden a la Copa América 2019, siete a la edición 2021, uno de la Finalissima y 17 restantes a Eliminatorias Sudamericanas; concluyendo con 34 victorias, 12 empates y cuatro derrotas, con 103 goles a favor y apenas 26 en contra. Provocando la obtención de los dos títulos ya mencionados.
Pero hay otro registro que ilusiona para realizar un gran mundial en Qatar. La Scaloneta lleva 36 partidos sin perder: la racha más larga de la selección superando los 33 del equipo que dirigía el Coco Basile. Esto, reiterando, Lionel Scaloni lo provocó en su primera experiencia como DT de un primer equipo. En Qatar 2022 será el entrenador más joven con 44 años.
Como jugador protagonizó el Mundial de Alemania 2006. Apenas disputó siete partidos en la Selección Argentina, con la peculiaridad de haber estado en el debut de Messi ante Hungría en 2005, donde el hoy capitán fue expulsado al minuto de ingresar. Compartió plantel en la primer cita mundialista de Leo, años más tarde, fiel protector del ciclo Scaloni, dentro y fuera del campo de juego.
Su ciclo como entrenador, corto pero efectivo, se puede describir con los siguientes adjetivos…
Seriedad. “La lista la conformamos pensando en lo mejor para el equipo, cómo siempre, y era lógico que en una selección como la de Argentina se queden afuera buenos jugadores, ya sabíamos que cualquiera que se quedara afuera era difícil para nosotros, porque más allá de nombres, hemos conformado durante cuatro años un grupo y a todos les tenemos un aprecio enorme. La conformación ante los pequeños detalles, y ante las pequeñas molestias que tienen algunos jugadores, optamos por la confección de esta manera. Estamos contentos, aunque obviamente no fue fácil, pero había que hacerlo y algunos se iban a quedar afuera”. Lo había dicho en Abu Dhabi antes del último partido previo al mundial. Horas siguientes, advirtió pequeñas molestias y realizó dos cambios en la lista de 26 jugadores.
Claridad. Cuando Ángel Di María declaró en una entrevista su disgusto por no ser citado, el entrenador lo llamó al instante para aclarar esa situación. “No encuentro explicación , no tengo palabras. Muchos dicen que ya estoy mayor pero tengo 32 años y si me rompo el ojete en el club en cada partido es para intentar tener una oportunidad en la selección y poder competir”, había dicho Di Maria tras no ser convocado durante un largo tiempo por Lionel Scaloni. Entonces el entrenador se comunicó: “Cuando lo escuché quejándose de que yo no lo citaba, esperé a que corte, le hice una videollamada y nos pusimos a llorar los dos después de cinco segundos. Yo lo conocía y viví cosas muy importantes con él. Después del Mundial de Rusia 2018 yo fui el primero que le dijo ‘Ángel, no te bajes de este barco, vos tenés que seguir en la Selección’. Yo después no lo convocaba por una cuestión futbolística, creí que en ese momento había que ir por otra cosa. Teníamos a Nico Gonzalez que su nivel en ese momento era buenísimo. De todos modos creo que Ángel entendió el mensaje y al final hablamos y quedó todo bien“. Tras esa comunicación, Fideo reapareció el 13/11/2020 ante Paraguay jugando 20 minutos por eliminatorias. Con total claridad, el técnico destrabó una situación con un jugador representativo, que a la postre fue el autor del gol más importante de este siglo para el fútbol argentino. El de la final en el Maracaná.
Autoridad. Sin tener que destacar su liderazgo con declaraciones puertas afuera, el pujatense puertas adentro logró el respeto de los futbolistas tomando decisiones que a veces no son simpáticas, pero que describen que toma el toro por las astas cuando cree que hay que hacerlo. El ejemplo está al día. No le tembló el puso para desafectar de la lista mundialista a dos jugadores en pleno Qatar, por no estar en las condiciones físicas adecuadas. Así fue que Nico González y Joaquín Correa fueron desconvocados de la concentración, dejando su lugar para la inclusión de Ángel Correa y Thiago Almada. Así lo creyó Scaloni por el bien del equipo. No hay que dar ventajas en un Mundial, el que no está cien por cien para jugar en primera fase, no puede estar. Ese es el mensaje del entrenador, que demuestra con sus decisiones.
Lealtad. En el armado del cuerpo técnico fue coherente con sus convicciones de cómo representar a la selección nacional, eligiendo compañeros con quienes defendió los colores de Argentina. Walter Samuel fue su mariscal en el título en Malasia 1997, Pablo Aimar fue el talentoso de ese mundial juvenil ganado, y Roberto Ayala su capitán en Alemania, la única Copa del Mundo que disputó como jugador. A la hora de asumir el liderazgo, dejo egos de lado priorizando la fortaleza de una conducción bien identificada con la selección.
Optimista. Su positivismo marca tendencia en sus declaraciones. Positivismo aún para hablar de lo que sería el último Mundial del capitán Lionel Messi como jugador: “Puede ser el último de Leo, ojalá que no. Él es feliz dentro de la cancha y hace feliz a muchísima gente, no sólo a los argentinos. Y si lo cuidamos posiblemente pueda haber más partidos de él porque el mundo del fútbol lo pide. Está en nosotros poder seguir disfrutándolo”.
Natural. “Sin promesas de nada, porque esto es fútbol. Es impredecible. Es un juego tan lindo pero tan injusto a veces que no vale la pena prometer nada. Esta generación ha mantenido una manera de jugar, la vamos a seguir teniendo. Después está el rival y que te acompañe un poco la suerte, que para un Mundial es fundamental. Pero cuando termine, irnos a casa vacíos, sabiendo que dejamos todo, sea el resultado que sea”. Así es su visión del fútbol.
Ingenio. Tras el ciclo tormentoso de Sampaoli finalizando con una dura derrota en octavos de final en 2018, Scaloni tuvo la muñeca para darle identidad de selección a jugadores que hasta entonces nunca habían vestido la camiseta argentina, o con mínima participación, y hoy son intocables: Emi Martínez, Cuti Romero, Nahuel Molina, Lo Celso (ausente por lesión), Paredes, De Paul y Lautaro Martínez. Recuperó futbolísticamente a Tagliafico y Otamendi. Y levantó considerablemente el nivel de Di María, hoy el subcapitán.
Por estos motivos, el entrenador logró un equipo que tiene su marca. Puede quedar eliminado en octavos de final, o llegar a la final del 18 de diciembre, pero futbolísticamente quedó demostrado que está en condiciones de competir con todos. Después de críticas por la nula experiencia al mando de un equipo mayor, hoy se puede afirmar que la selección que jugará el Mundial es un equipo “Made in Scaloni“. Un técnico ganador.