“Es un amigo y el mejor antes y después de los ’90, pero en la cancha está nuestra ilusión” subrayó Abreu, quien, según sus dichos, propone un juego con mucho roce y repliegue para que Messi no tenga facilidad. Así marcó Uruguay a Pelusa en México -con bastantes patadas incluidas- , a pesar de que no pudo contrarrestar la gambeta y lo que terminó siendo el “mejor partido de su vida”.

De todas maneras, el exjugador aclaró: “Antes de Scaloni, Argentina era sólo Messi: controlándolo, neutralizabas el partido. Hoy hay un funcionamiento colectivo que potenció individualidades”.

En el análisis global del partido ideal que debería ejecutar el seleccionado charrúa, remarcó: «El Maestro (Tabárez) debe replantear las estrategias evaluando a la Argentina. Imagino un 4-1-4-1 con Torreira como eje central en ese esquema. Uruguay tiene que ser un equipo de respuesta y no de propuesta. Hay que volver a las bases, al ADN, que no es pegar patadas sino replegarse para no darle libertad a Messi y, una vez recuperada la pelota, generar peligro. Es una estrategia».