Un repaso por las últimas grande conquistas del deporte argentino enfrentando a los verde amarelos.
Argentina y Brasil deben ser el clásico más picante de Sudamérica. Quizás, del mundo también. Ningún otro a nivel selección se tienen ese “feeling” entre los protagonistas. No existe rivalidad que se sienta con el mismo fervor en todo deporte, más allá del fútbol. Lindo momento para ser argentino, porque selecciones albicelestes de diferentes confederaciones comenzaron a derrotar a la “Verdeamarella” sucesivamente.
Yendo de atrás hacia adelante, ayer el equipo argentino eliminó al brasileño del mundial de futsal. Justamente en esa competencia, el finalista también es el vigente campeón defensor. Este dato podía hacerlo candidato a ganar el encuentro en la previa, pero también llenaba al equipo de presión. No obstante, Burruto se vistió de héroe con un doblete que dejaba a los vecinos de al lado con la soga al cuello. El gol de Ferrao al finalizar la primera parte le dio esperanzas a la Canarinha. Pero el superlativo segundo tiempo de Sarmiento, sacando todo lo que iba al arco, selló la victoria gaucha.
Este pasado 7 de agosto, el clásico se volvería a vestir de celeste y blanco. Sería en vóley, esta vez. El Superclásico de las Américas se jugó por el tercer puesto de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Un excelente Facundo Conte se lució tanto, que se ganó el apodo de “El Heredero”, por ser hijo de Hugo Conte (antiguo jugador de vóley). Hay un dato a destacar aquí. Argentina en vóley consiguió dos medallas olímpicas, ambas de bronce y derrotando al eterno rival en el partido por el tercer puesto. La última vez fue en Tokio, la primera en Seúl 1988 y la dinastía Conte dijo orgullosamente “presente” en las dos oportunidades.
Pero hay que terminar por el principio, como diría el Indio Solari. Hubo un partido que comenzó con esta senda de victorias argentinas. Se dio en el deporte rey, el fútbol, y está considerada una de las peores derrotas que haya sufrido Brasil en esa disciplina. Juego en el cual los brasileros mandan, al tener más mundiales. Pero esto ocurrió por Copa América, la cual se llevó a cabo 7 veces en territorio brasileño y el local salió campeón en 6 de esas 7. Solo en una no pudo hacerse con el título de nuevo…
En el mítico estadio Maracaná se disputó el partido decisivo. Habían llegado los dos mejores, tanto desde lo estadístico como lo deportivo, porque habían jugado mejor que el resto. Si se miraban los números de Brasil jugando de local, la gesta parecía imposible, casi que utópica. Pero los dirigidos por Lionel Scaloni no les temían a las estadísticas. En un partido durísimo, donde reinó la fricción más que el fútbol, Argentina ganó 1 a 0 y no solo le asestó a su rival el primero de los golpes, si no que fue el más doloroso de los tres.
Es un fenómeno interesante el que está ocurriendo. Un clásico que rompe las barreras de los deportes, que se siente la misma rivalidad jueguen en fútbol, futsal, vóley o si un tenista argentino se cruza con uno brasileño en algún Grand Slam. Pero dentro de la paridad y eterna rivalidad de estos dos países, la balanza se inclinó hacia un lado de repente. Hoy en día, jueguen por la disciplina que jueguen, es buen momento para ser argentino y disfrutar del partido.