Redactado por Daniel Chamizo

El conjunto amarillo venció en los penaltis al Lecce italiano y se alzó así son su icónico trofeo.

Antes de las giras por países exóticos,  donde el balompie no se veía más que por televisión,  los equipos solían hacer pretemporada en sus regiones y es ahí donde los trofeos de verano ganaron importancia.

En España nombres de trofeos como el Teresa Herrera o el Trofeo Carranza son nombres que hablan de un fútbol romántico,  un fútbol sin giras exóticas,  un fútbol familiar,  en definitiva, estos torneos son algo familiar para muchos que empezaron amando el fútbol porque vieron en estos trofeos a los equipos grandes jugar contra los de su ciudad.

Hoy el trofeo Carranza ya no es lo que era, lejos quedan ya las épocas donde Pelé o Di Estefano pisaron el césped del coliseo gaditano en busca de tocar plata. Sin embargo, el trofeo sigue reinventándose y por muchas trabas que se le pongan sigue estando marcando en el calendario de los buenos futboleros.

El Cádiz venció al Lecce, un rival que pelea por lo mismo que el conjunto andaluz pero en la Serie A. Un partido marcado por las faltas no nos ha dejado disfrutar del mejor fútbol pero si que nos ha permitido gozar una tanda de penaltis donde David Gil pasa a ser coronado junto a Dios Momo, dueño y señor de la ciudad de Cádiz,  al menos por una noche.

Lejos quedan las noches de glorias del trofeo Carranza, pero ganarlo siempre es un gusto enorme.

El Cádiz es el segundo equipo más laureado con diez trofeos, mientras que el Atlético de Madrid es el que más con once trofeos.

Veremos si el conjunto amarillo logra alcanzar esta cifra de once trofeos pronto pero mientras se puede empezar por celebrar el título de hoy.