Quique Monleón Ciurana
Adiós EuroLeague, ¿adiós Mumbrú?
Valencia y Mumbrú vuelven a mostrar ante su gente que su relación está más que podrida, esta vez ante el Asvel Villeurbanne. Después de un primer cuarto muy negro, los comandados por el entrenador catalán volvieron a mostrar su cara más gris en la competición europea dejándoles casi sin opciones y con la visita pendiente a una de las canchas más complicadas de la EuroLeague como es Belgrado donde se medirán ante un Partizan que ya les metió mano en su visita a Valencia hace menos de dos meses. Ahora la última palabra la tiene la dirección deportiva del Valencia quien debe considerar si continuar con esta negligente situación que está perpetuando Mumbrú desde el banquillo o ya pensar en la siguiente campaña, con limpieza de plantilla y sobre todo, la figura del entrenador que ha demostrado no estar a la altura.
Valencia Basket llegaba a su ultima jornada de EuroLeague en casa sin posibilidades de nada en Europa además de no tener claro cuando volverían a vivir otra noche europea en la capital del Turia. Tras una deprimente temporada tanto en liga como Europa, los de Alex Mumbrú, muy criticado por la afición toronja, buscaban cerrar el año con buena cara ante su afición, una grada que recibió al equipo con una imagen ya cotidiana esta temporada en la Fonteta: asientos vacíos y pitos a la dirección técnica de un Mumbrú que ya es un indeseado en la parroquia de Quatre Carreres.
Primer Cuarto
Probado por primera vez el aro del sector norte de la fonteta, que repelió el intento de tiro de Valencia Basket desembocando en el primero de los triples de Asvel, cosechado por Paris Lee, un base estadounidense que realizó un primer cuarto donde masacró y llevó como quiso a la defensa de un Valencia Basket descompuesta y donde cada uno parecía remar por su cuenta, poniendo el foco aquí en Damien Inglis, quien además de superado en las facetas defensivas, se le veía alejado de sus otros 4 acompañantes.
Viendo el percal, Mumbrú no dudó en mover el banquillo, introduciendo a uno de esos jugadores que cumplen con el sobrenombre de “hombres y no nombres”, Justin Anderson, quien vino de Rio Bregan como un desconocido y ya se ha metido en el bolsillo a una afición cansada de ver como su equipo descarrila tanto en lo nacional como hoy en Europa, donde y durante los primeros 10 minutos de encuentro, estaba siendo superado por una de las cenicientas de la competición.
Segundo Cuarto
El primer cuarto solo sería la antesala del partido que se le venía encima a Valencia Basket. El equipo de Mumbrú, tras no haber dado con la tecla el primer cuarto, salió algo mejor teniendo la culpa de ello no otro que Harper, quien con su primera canasta entre defensores franceses avisaba que no iba a dar brazo a torcer y que cogía los mandos de un Valencia que tendría que remar puesto que las sensaciones que estaban quedando perpetradas la noche de hoy grande todo menos positivas. Tras ofrecer mínimamente unos buenos minutos de juegos y tras la fatídica lesión de Ndiaye por parte de Asvel (al que deseamos pronta recuperación), Valencia Basket volvió a ser nuevamente muñeco de Vudú, concediendo mucho atrás y retratando por enésima vez a Mumbrú, quien siempre tiene en la punta de la lengua que sus equipos “se construyen desde la defensa”, una defensa que dejó muy libres a los De Colo, Deshaun Thomas o Joffrey Lauvergne quien se deshacía de los rivales con semejante facilidad, provocando que la Fonteta reventase a pitos viendo como su equipo se iba al descanso con un parcial de 14 por debajo de un rival que ha toreado y pintado la cara a los 5 taronja que iban turnándoselos en pista y por encima de ellos, el principal señalado quien les dirige desde el banquillo, que no debería durar mucho más en el banquillo de un equipo al que ha hecho diminuto.
Tercer Cuarto
Cuando nada podía ir peor, el tercer cuarto taronja sería cuanto menos negligente. Tendríamos que esperar hasta el minuto 6 para ver una canasta local, un doble de Arostegui quien tampoco estaba teniendo mejor noche al igual que su equipo, que se plantaba a 3 minutos del último cuarto con una sonrojante cifra de 34 ABAJO, 34 ABAJO, resultado que hace vaciar la Fonteta a falta de un cuarto y que no era más que la cara de un equipo que prometía hacer cosas grandes en Europa tras la potente inversión de su máximo mandatario el pasado verano y que ha quedado en nada por la incapacidad desde la directiva para echar a un entrenador que hace peores a sus jugadores con sus incongruentes tácticas que ha llevado a los suyos a ser el hazme reír en una competición la cual soñaba el máximo accionista Juan Roig en levantar algún día y ya está más que claro que esta temporada no toca.
Cuarto Cuarto
8-35 era el escalofriante diferencial con el que empezábamos los últimos 10 minutos de la noche de un partido que se jugó más en la grada, donde se desató la locura ante el entrenador catalán, quien estaba más que claro que sería cesado una vez finalizado el desastroso partido planteado en la última aparición de la Fonteta en EuroLeague esta temporada y esperemos que en mucho tiempo ya que, y como se continúe en esta cuesta abajo y sin frenos, el equipo puede pasarlo muy mal. Pese a alguna canasta para intentar maquillar el espantoso resultado que llevaba a los espectadores a decir hasta aquí puesto que la cara de su equipo, nuevamente, no estuvo a la altura de los aficionados que hacen muchísimo más por el escudo que aquellos que lo defienden sobre el pavimento. Los últimos minutos de la camada de Mumbrú no fueron más que lo visto la media hora anterior: jugadores arrastrándose y un entrenador al que, además de quedarle muy grande el puesto de entrenador de un equipo que tiene una liga endesa en sus vitrinas galardón con el que no todos cuentan en una liga tan complicada como la española.
Acabados los 40 de juego, el resultado reflejaba lo visto esta tarde 69-98, reclutado que no dejaba más que clara que la imagen era y es preocupante, equipo descosido, deshecho y manejado por gran parte de los equipos de la competición continental y equipo que no merece un puesto en esta competición, donde se ha demostrado no estar a la altura. Acabado el juego y sin ya posibilidades en ninguna competición, el Valencia solo tiene que limpiar plantilla limpiar entrenador porque la gente no merece lo visto hoy.