Quique Monleón Ciurana
Valencia Basket se rehace de sus cenizas y marca un genial partido que lo mantiene en las posiciones de play-off de la liga ACB. Xavi Albert, quien no lleva ni una semana como entrenador del conjunto taronja, se metió en el bolsillo a la afición desplazada a Quatre Carreres con su estilo heterogéneo y la conexión jugadores-entrenador que pareció establecerse desde su primer día como técnico de un complicado banquillo como el de la Fonteta.
La ACB llegaba a su recta final y con ella, la andadura en la temporada 23-24 de Valencia y Basket y Baskonia, archienemigos los últimos años que nos brindaron y nos siguen brindando duelos de escándalo por las plazas de mérito en la liga española. Valencianos y vascos llegaban en situaciones heterogéneas al encuentro de domingo: los de la capital del Turia, que llegaban después de una semana convulsa tras el fiasco en la última jornada de EuroLeague en la Fonteta, se le tenía que sumar el despido fulminante (y tardío) de un Alex Mumbrú que pediría respectivas disculpas tras lo que había sido un viaje rocambolesco y agónico para los que ocupan los asientos de la Fonteta cada fin de semana y para los propios jugadores, quienes parecieron hacerle la cama viéndose la desgana en el partido ante el conjunto francés el pasado jueves.
Primer Cuarto
El encuentro no pudo empezar mejor para los de casa ya que, y tras el lanzamiento al aire de balón, fueron los primeros en interceptar la anaranjada, llevando esta hacia canasta y levantando a la Fonteta cuando ni 5 segundos de partido hubieron ocurrido. Antes que nada, la alineación presentaba cambios, Ojeleye volvía al quinteto después de su ausencia en competición europea y por encima de todas las novedades, Aróstegui, quien solo sumaba una titularidad en el desde que empezó la temporada regular siendo Xavi el que le daría la oportunidad nada más aterrizar el nuevo técnico en el pabellón de Quatre Carreres. La confianza y el sufflé subieron por lo alto tras el buen comienzo y es que Xavi Albert pareció haberle dado una cara nueva al equipo, la arrogancia y vaguedad pareció pasar a un segundo plano y se vieron 10 minutos donde el juego compacto, compañerismo y presión al rival fueron los estandartes para que Valencia Basket se fuese con un 31-14 al mini descanso del primer cuarto. El cambio de entrenador pareció ser la clave para que este equipo se afirmase en el partido y proyectase uno de los mejores primeros cuartos de la temporada y ante un rival al que no le había sonado aún el despertador.
Segundo cuarto
Los primeros minutos de la segunda porción de partido fueron meramente un calco de lo visto en el primer cuarto: Valencia Basket tomó el control de balón y supo materializarlo en diversas canastas, creando un juego suculento que hizo levantar los aplausos de una Fonteta que por fin parecía disfrutar con los suyos tras una temporada donde las expectativas estaban muy altas, los fichajes eran de nivel pero el entrenador era la pata renqueante de esta mesa. Llegados al ecuador del segundo cuarto, la nueva cara de la plantilla, Kaba, daba su entrada al parqué, un baloncestista que vino dejando dudas tras venir de una liga como la china pero al que se le vio muy metido, por encima de todo, en la faceta defensiva donde supo embadurnarse de barro en las jugadas donde un pivot de calidad debe aparecer. En tema Baskonia, los de Dusko Ivanovic, que venían de una gran semana tras ganar al Real Madrid en el Wizink, parecían no encontrar el juego tan reconocible que les ha llevado a ser rivales duros de roer tanto en liga como en Europa (y más sabiendo que poseen una plantilla de tan solo 9 jugadores). Pese al bueno juego realizado en fechas anteriores, ni los Moneke, ni Howard (una de las sensaciones de esta corta plantilla) ninguno parecía tener su día, concepto aprovechado por un Valencia Basket que llegaba y era certero de cara a canasta, levantando un ventaja sonrojante de 27 puntos sobre un equipo acostumbrado a ser muy seguro de cara a aro. La crónica de la primera parte fue la de dos titanes que con sus armas, fueron más certeros o no (viéndose más que bien reflejado en el marcador).
Tercer cuarto
Ya del todo sumergidos en la segunda mitad del encuentro, la historia pareció no haber cambiado, Valencia Basket saldría de nuevo tal y como nos hubo dejado en la primera mitad: equipo agresivo, que no daba balón por perdido y que buscaba sacar petróleo de cada cual de las acciones que Baskonia, condenado al error desde que el árbitro dio el inicio, le dejaba realizar. Pese a que el equipo dirigido por Xavi Albert estaba dirigiendo al compás de su música la tarde de baloncesto de hoy en la Fonteta, los de Dusko no habían dicho la última palabra, recortando la desventaja que llegaron a tener (la cual estuvo en los 30 puntos) a los 20 en un abrir y cerrar de ojos, concepto que molestó al ex técnico del leb plata de Valencia quien hizo cambios introduciendo físico como Inglis o Jovic para frenar a un Howard que empezaba a mostrar la patita tras dos cuartos cuestionables, pese a ello, el estadounidense se puso en unos respetables 13 puntos que hacían sonar a Baskonia con una manchada la que Ojeleye no quería hablar levantando del asiento a los más de 4.000 que veían a su equipo algo menos seguro que en la primera mitad.
La remontada baskonista de la que hablábamos parecía quedar por el momento en agua de borrajas y es que, y después de las envestidas proyectadas por los chicos del entrenador montenegrino, el equipo taronja, que estaba de dulce en la tarde de hoy, inyectaba a cascoporro balones en la canasta colocando de nuevo la diferencia de casi 30 en el luminoso, resultado abultado con el que Baskonia debería remar cuanto menos fuerte
para por lo menos cambiar el tétrico juego y resultado visitante que se veía hoy en la tierra de la flores y el amor.
Cuarto cuarto
Los últimos 10 minutos fueron los de Baskonia. Los de Vitoria Gastéis se amararon a San Marcus Howard quien estaba plasmando un partido descomunal, colocándose en los 34 puntos a inicios de un último cuarto que prometía ser decisivo puesto que y después de llevar una ventaja de casi 30 puntos, vio como Baskonia tan solo se ponía a 8 en el encuentro. Cuando más dudas habían, uno de los de siempre, que está tirando del carro más de una vez esta temporada, DON JUSTIN ANDERSON, quien con un matazo y un triple, devolvió esperanzas a una Fonteta que temía por una nuevo fiasco tras lo vivido constantemente con Mumbrú. A falta de cinco minutos, esto era un constante correcalles capitaneado por un Dusko Ivanovic que no entendía cada cual de las decisiones que el árbitro plasmaba sobre la pista. Al que parecía darle igual el ir perdiendo era a Marcus Howard, mvp de su equipo y quie ya rozaba los 40 puntos con una exhibición que mantuvo con la mosca en la oreja a un Valencia Basket que no podía parar a semejante bestia. Pero si de bestias hablábamos, Valencia Basket también tenía la suya y es que Chris Jones estaba teniendo su tarde, con casi 30 puntos, manejaba el juego, repartía asistencias y no se olvidaba de anotar en un partido que rozaba los 200 puntos entre ambos equipos a falta de 2 minutos para el cierre del encuentro.
Faltando un minuto, las uñas en cada cual de los asistentes a la fonteta parecieron acabarse, los nervios se encontraban en máximo esplendor y, pese a ello, el equipo seguía tirando porque habían ganas de dar una alegría en el último domingo de pascua. Pese a la persistencia y el maquillaje constante del marcador, los hombres de Xavi merecieron el partido desde el primer minuto y así fue, con un resultado más que abultado después de lo visto durante el partido, la Fonteta sonríe de nuevo con su equipo y lo teletransporta a principios de temporada cuando todo eran risas con un entrenador al que a día de hoy no se le echa de menos ni harto de vino. La era Xavi ya está en Valencia, más vale tarde que nunca pero sin duda, el equipo parece otro y lo mejor, con alguien de la casa.
Y con tres tiros libres materializados por Brandon Davies, el pitido final retumbó en la Fonteta con caras diferentes a lo visto la última fecha de EuroLeague: un equipo reconocible que si hubiese sido cogido anteriormente por una cara nueva en la dirección desde el banquillo, otro gallo hubiese cantado, pero ya y para lo que queda, a disfrutar de un equipo que como la primavera, resurge después de un largo invierno.