Quique Monleón Ciurana

Valencia Basket pasa por encima de un desaparecido Real Madrid que tuvo que remar (y mucho) con tal de hacerse con una victoria (que no llegó) que lo hubiese seguido colocando como líder de una ACB que llega a sus fechas finales más viva que nunca.  

Se abría el telón de la penúltima jornada de la mejor liga de baloncesto de Europa con un suculento partido, lleno de emociones e idas y venidas como es un Valencia Basket Real Madrid. Los campeones de la pasada EuroLeague llegaban al feudo valencianista en la pelea por un liderato al cual se le ha sumado Unicaja, campeón de copa, con la premisa de arrebatar y clausurar la dictadura de un Real Madrid que se enfrentará a Fenerbahce en su camino a revalidar el título de campeón de Europa.

Primer cuarto

Dejaba caer el balón el árbitro y, como era de esperar, las primeras canastas madridistas llegarían en menos que canta un gallo. Llull, Yabusele y Tavares pondrían el un rotundo 0-6 no pasados los dos primeros minutos de juego en lo que parecía ser el preludio de una noche magnífica para los blancos. Pese al sobo inicial, uno de los de siempre como bien es Chris Jones, aparecería con un triple para hacer decrecer la ventaja de un Madrid que buscaba, como en la mayoría de sus partidos, sacar el resultado victorioso lo antes posible gracias a la calidad de encesto por parte de sus tiradores. Estando mejor el Madrid, los de Xavi Albert, ya clasificados para playoff, se mostraron sin miedo alguno pese a tener a todo un campeón de Europa delante. Sin una presión añadida como los visitantes sí tenían (llegando a Quatre Carreres jugándose el primer puesto), dieron un vuelco total en el ecuador del primer cuarto gracias a un Chris Jones (francamente enchufado y enseñando que es un base más que necesario en este equipo) y, como bien ha sido en parte de esta última fase de liga, Justin Anderson, quien se hubo coronado como mejor compañero de batalla en un primer cuarto que fue especialmente de un Chris Jones que parecía enchufar todo lo que llegaba a sus manos ayudando a los taronja a verse en diferentes tomas de los primeros 10 minutos como líderes del encuentro.

Pese a las intentonas de desmarcarse en el marcador por parte de un Real Madrid acertado, desquiciado a su vez, la dupla Anderson-Jones parecía estaba totalmente en su salsa, jugando al tuya-mía en área madridista donde, y en compañía de un Inglis quien también parecía tener su noche, plantaban cara a todo un Madrid que y como el vino, va a mejor cada año. 

Sonado el primer pitido de los 4 correspondientes, para sorpresa de muchos, el Valencia, equipo que había remado pese a los desbarajustes defensivos, se iba al mini descanso de 2 minutos como momentáneo ganador. 

Una gesta estaba siendo forjada por Xavi Albert que sigue soñando como el primer día.

Segundo cuarto

32-32 era el resultado reflejado en el marcador una vez echado a rodar nuevamente el balón, números que no mentían sobre lo visto en el parqué: dos equipos que lo estaban dejando absolutamente todo por quedarse o llevarse la victoria, siendo el Madrid quien y a causa del desbarajuste constante que era la defensa valencianista al tener que defender a jugadores que juegan a otra cosa parece ser, porque esto más que basket, eran melodías hechas una pelota naranja, iba despegándose en el marcador con un Vincent Poirier que ofreció muchísimo ofensivamente siendo un estorbo para los defensores naranjas que debieron sudar sangre para acabar con el juego de un gigante francés que abarcaba mucho terreno.

Pese a la mejoría notable de un Real madrid que acabó pidiendo la hora en el primer cuarto, el “big three” de Valencia Basket (Ojeleye, Chris Jones y Anderson, sustituido por Reuvers pero que estaba cuajando un verdadero partidazo), metieron de nuevo a un Valencia Basket que debería remar y mucho porque no es tarea fácil verse por delante de un equipo tan disciplinado y estable en cuanto a edad de jugador como un Real Madrid que media miedo en cada avance a canasta ya que, y en cualquier momento, una falta podíaser pitada, pitada como la que también proporcionaba el pabellón, lleno hasta la bandera, al rival de hoy, equipo que tuvo que lidiar con innumerables quejas por parte de una grada que siempre tiende a apretar.

A falta de 3 minutos, volvía la samba, volvía Justin Anderson volviendo Valencia al partido, un partido donde la colectividad y el trabajo en equipo es lo que mantenía al equipo a flote y no descolgado como se ha visto en respectivos partidos con Álex Mumbrú. A base de remar, metieron la igualada incluso se pusieron por delante gracias en parte a que ninguno jugaba para él mismo, buscando el mérito de todos en piña por encima del destacar (de ahí que muchos llegasen al descanso con sus marcadores inflados, porque este Valencia parece ser ya FAMILIA).

Y con una canasta que acabó por no entrar, nos íbamos al descanso con uno de los mejores Valencia vistos esta temporada: bronco, copero y plantando cara AL COCO)

Tercer cuarto 

Tras una primera parte espectacular, habiendo descansado los 15 minutos correspondientes, los 10 protagonistas saltaban al pavimento con una novedad en el quinteto de Valencia Basket: Sory Kaba volvía a la titularidad tras estar desaparecido el segundo cuarto y es que, el jugador procedente de China, se encuentra cubriendo una difícil baja como es la de Brandon Davies, jugador que sería de expresa ayuda en el partido de hoy pero las molestias lo han dejado apartado tanto contra la Joventut como el día de hoy. El partido del último fichaje de Valencia Basket, pese a quedar eclipsado por literalmente los de siempre (Anderson, Chris Jones u Ojeleye), tuvo un par de minutos donde demostró que, pese a no tener la forma física a la altura de la exigencia europea, es un fantástico defensor, habiéndose colocado con 3 faltas a inicios de la segunda mitad. Mientras os hablaba de Kaba, un señor llamado Semi Ojeleye colocaba a su equipo por encima en el marcador con un triple que levantó hasta al más anciano del asiento. El jugador norteamericano, al igual que sus compañeros de big-three 40 puntos entre los tres de los casi 60 que llevaba Valencia en el ecuador del tercer cuarto muestra de lo acertado que se estaba siendo de cara a canasta, prueba de ello, que ambos equipos se plantaron en 60 puntos cada uno faltando casi un cuarto de hora por jugar. El espectador neutral debía estar pasándolo mayestáticamente. 

Metidos de lleno en el final del tercer cuarto, Damien Inglis, desaparecido en muchos pretéritos encuentros, se colocaba con sus 13 respetables puntos, colocándolo de lleno en el Olimpo formado por los 3 mosqueteros, quienes habían sido sustituidos con el claro objetivo de dar rotación llegando así al último cuarto con una frescura para plantar cara a un Madrid que, pese a ir por debajo en gran número de ocasiones, no se descosía de un Valencia que como Rafael, vivía su gran noche entrando CASI TODO a canasta (no mentiremos, pese al buen acierto, alguno era repelido por un aro que se encontraba disfrutando de uno de los mejores partidos de esta temporada).

Último cuarto

75-72 se reflejaba en el luminoso iniciado el último de los cuartos en lo que estaba siendo una noche APOTEÓSICA con un baloncesto como la copa de un pino; números altísimos en lo que estaba siendo un partido de emociones, de pitadas monumentales al conjunto blanco y de levantarse del asiento por cada acción materializada por los de un Xavi Albert que no se mantenía quieto en su asiento y recorría la zona técnica al compás de sus jugadores cuando movían la pelota de una forma tan hipnótica que estaban dejando a todo un Real Madrid contra las cuerdas en lo que podría suponer la sexta derrota del conjunto blanco en una temporada donde la apisonadora había puesto el objetivo en revalidar el título europeo y la ansiada liga, que como siempre, se jugará en playoff, donde estará también valencia con aires de revancha tras el partido de cuartos de copa del rey. 

Llegados a la deriva del último cuarto, el descontrol estaba servido en la Fonteta, que jugaba este partido y remaba junto a los suyos sabiendo estos jugadores que y pese a la presión de tener a un gigante como el Madrid delante, tocaba resistir a contracorriente en lo que suponía unan victoria que y anímicamente era oro de cara a unos playoff donde nunca se sabe si la sorpresa puede ser dada.

Faltando escasos minutos, uñas no quedaban en el recinto, la locura estaba servida, 41 puntos en total era lo que llevaban Chris Jones y Anderson en lo que estaba siendo una de las noches mágicas que la Fonteta tanto echaba en falta y es que, a falta de de segundos, Valencia estaba dejando al real Madrid sin el liderato en solitario a causa de la victoria de Unicaja en el Palau (quien se prevé como máximo aspirante a combatir la liga a un conjunto blanco que había ido de más a menos, que fue superado por un Valencia en conjunto, que remaba al mismo son y que no dejaba de introducir a Chris Jones sobre la pista porque el partido cascado por el americano, con 21 puntos ante todo un Real Madrid, estaba a la altura para que un equipo de dimensiones mayores que Valencia, se lo llevase.

Quedando 4 SEGUNDOS, el MVP del partido, Justin Anderson, acabaría expulsado por acumulación de faltas siendo de importancia mínima para un partido que se pintó de color taronja desde un primer momento, que se disfrutó e hizo gritar a una Fonteta que SUEÑA con hacerlo genial en playoff pero primero va Morabanc. Más cosas aquí, en ojo de halcón.