Quique Monleón Ciurana

El técnico vallisoletano ha comunicado al Valencia CF en las reuniones tenidas estas últimas semanas que el equipo merece un salto de calidad en cuanto a incorporaciones de cara a la siguiente temporada siendo los deseos del entrenador y leyenda valencianista negados en rotundo por una directiva, encabezada por Miguel Ángel Corona la cual le ha dicho que se olvide al completo de un posible desembolso por parte de la cúpula del conjunto de la capital del Turia y, si eso, se intentará pujar por futbolistas que puedan llegar al Valencia de forma gratuita como lo ocurrido con Stoke Dimitreivski, guardameta que finalizaba contrato siendo elegido antes que muchos otros arqueros en los que había que pujar financieramente.

Se avecina otro mercado de bajo mínimos en el Valencia CF. Tras una concatenación de mercados de fichajes donde el refuerzo de la plantilla ha sido mediante pequeñas pinceladas (cesiones o un pago denigrante para traer a futbolistas que no han acabado rindiendo a causa de la falta de pretemporada y la tardanza por parte del club al pagarlos)  al mismo tiempo que se han hecho ventas de renombre (que debieron haber sido aviso de fichaje por parte del conjunto ché) como Gonçalo Guedes, Carlos Soler o el último, Gabriel Paulista, el Valencia CF y, por encima de todo, su incompetente directiva dirigida por Miguel Ángel Corona Roldán y Peter Lim (encargado de dar el visto bueno a las operaciones), han sido incapaces de reforzar, de hacer ofertas mínimas (ya no pedimos que se inviertan grandes cantidades, MÍNIMAS) por futbolistas de cara a mejorar una plantilla que, tras la salida del futbolista portugués y español hace ya dos veranos, encaró una temporada 22-23 donde acabó sufriendo para quedarse en la Primera División, teniendo que aparecer los canteranos y el que es, a día de hoy, el más damnificado por la situación de abandono de la directiva al club, Rubén Baraja. 

Llegando a última hora para socorrer al equipo hace ya dos temporadas, Rubén Baraja tomaba los mandos de cara a su primera temporada al completo como entrenador valencianista con la premisa de mejorar exponencialmente los resultados vistos tras su llegada y marcha de Gennaro Gattuso, entrenador italiano quien fue engañado por parte de la directiva al igual que Baraja parece estar siéndolo también, habiéndose unido a esa lista donde ya encontramos hasta 10 entrenadores que han pasado bajo el paraguas de Peter Lim saliendo todos por la puerta de atrás de la Ciudad Deportiva de Paterna, todos por la misma premisa: el haber sido engañados en lo que a mejoría de plantilla se refiere y, por supuesto, Baraja no iba ser menos. 

Pese a mantener al club de su vida en la Primera División , pese a ser una leyenda del club (donde ha ganado 9 títulos) y, pese a haber sacado rendimiento a una plantilla que ha acabado agotada este final de campaña, Baraja es ya la enésima víctima del contubernio de engendros que es la directiva del Valencia, una que ningunea los logros que los entrenadores como él o Marcelino hayan/han podido hacer, tirando por tierra y, a su vez, negando los logros cosechados en estos tiempos tan difíciles por el simple hecho de mantener el ego y soberbia que caracteriza a una de las peores gestiones de la historia valencianista. 

Pese al ninguneo y que se avecina un mercado de fichajes donde parece que se continuará con la premisa de que es un espectáculo ver crecer a los jugadores jóvenes de la cantera valencianista y se intentará con mucha fuerza el vender algún futbolista que haya sido pieza clave esta campaña, Baraja ha decidido ser paciente y esperar a un mínimo cambio de pensamiento por parte de una directiva que no busca jugar a lo mismo que él, que no tiene entusiasmo por mirar más allá de los objetivos vistos estas últimas campañas buscando únicamente dar pasos hacia atrás. Que Baraja aguante y todavía “confíe” en el cambio de dinámica por una directiva que ya ha defraudado a una decena de entrenadores, son rasgos propios de un hombre que ama al club pese a que estén jugando tanto con su estabilidad emocional y mental como con la de los aficionados que tienen claro el bando en el que están: Rubén Baraja por delante de los impresentables que se están encargando de hacer el Valencia un elemento minúsculo.

¡Baraja sí, directiva no!