Quique Monleón Ciurana
La segunda temporada de Rubén Baraja al frente del Valencia se prevé como su anterior: de idas y venidas, empezando ya en el mercado estival donde deberá desprenderse el Valencia de dos futbolistas en el caso de querer firmar algún que otro activo que prometa al Valencia el no sufrir como ya pasó en el campaña 22-23.
A escasos días de comenzar la que será su segunda pretemporada y, con un contrato de renovación firmado hasta 2026, Rubén Baraja encarará su segundo mercado de fichajes y temporada tal y como fue la primera para el entrenador de Valladolid: con más trabas que ayudas por parte de un Valencia CF que estará por la labor de hacer todo menos ayudar a un entrenador que ha conseguido una heroica novena posición en liga tras el casi caer a la Segunda División hace ya dos temporadas. El principal problema que encabeza el Valencia y la causa por la cual no podrá realizar fichajes por lo menos, hasta sacarse de encima esta coyuntura, son los nombres de Eray Cömert y Samu Castillejo, dos futbolistas que han estado cedidos fuera del Valencia volviendo una vez llegado el 30 de junio. El máximo accionista, en vez de posicionarse a favor del entrenador que ha llevado al conjunto de Mestalla a materializar la tercera mejor posición del Valencia CF en la etapa Meriton, ha decidido enfrentarse nuevamente al entrenador, al que ha comunicado que por ninguna de las maneras realizará fichajes grandilocuentes como ya viene siendo tónica en cada mercado de fichajes bajo el mandato de Peter Lim y, si eso, se harán fichajes a la baja (a la muy baja) si salen los dos futbolistas nombrados, y, en el caso de tener que pagar por la rescisión de contrato de ambos, el dinero que el Valencia invertirá en la subida de nivel de la plantilla, se verá aún más reducido. La enésima jugarreta por parte de una directiva que siempre encuentra una nueva manera para faltar el respeto a la afición y entrenador.
No ha empezado el mercado de fichajes y la hoja de ruta en Valencia parece ya estar decidida. El conjunto de Mestalla, como ya viene siendo tónica estas últimas campañas, no está por la labor de invertir lo más mínimo en reforzar la plantilla, teniendo que esperar a que activos de esta salgan empleando lo sacado por estos en futbolistas sobrantes para otros equipos. Es en esto en lo que ha convertido Peter Lim al Valencia CF: un conjunto que, poco a poco y casi sin darse cuenta, va vaciándose de sus mejores futbolistas dejando entrar (si eso) futbolistas que no son lo más mínimo de aquellos que han cogido la puerta de atrás del estadio valencianista.
Lo que es noticia estas últimas semanas en la capital del Turia son los nombres de Samu Castillejo y Eray Cömert, dos futbolistas a los que el entrenador vallisoletano no quiere ver ni en pintura pero, y por los cuales, el Valencia no tiene ninguna prisa de sacar. La llegada de Baraja al vestuario fue el detonante para que tanto suizo como español perdiesen su hueco en el conjunto de Mestalla: el andaluz, por el mal comportamiento dentro de un vestuario tan joven e inexperimentado que se ha quedado en Valencia y el suizo por el simple hecho de no ser preferencia para un Baraja que y desde el primer día, pareció tener su zaga más que codificada. A ambos se les buscó una cesión: Sassuolo y Nantes respectivamente, no cuajando ni en Italia ni en Francia dos jugadores a los que Peter Lim recibirá de buenas maneras ya que encuentra en ellos una solución para no tener que ingresar por el momento y, hasta que se oficialicen sus respectivas salidas donde, en el caso de que haya dinero a pagar de por medio (rescisión contractual), el magnate singapurense reducirá más si cabe, el poder económico en un mercado estival que pretendía ser fundamental si este Valencia aspiraba a algo más que una novena posición la temporada que viene pero y como ya viene siendo sintonía: Baraja va por una parte y la propiedad va por otra.
Pese a que las transferencias no hayan dado todavía el pistoletazo de salida, el Valencia parece tener medianamente claro a ciencia cierta lo que se buscará hacer con estos dos futbolistas. Samu Castillejo, al ser un futbolista con un sueldo que asfixiante en cuanto a sueldo la dictadura salarial que padece el Valencia, donde el cobrar algo más de 3 millones ya empieza a ser sinónimo de futurible venta (el caso más estrafalario es José Gayà, capitán e insignia del Valencia CF con el cual Peter Lim llegó a cuestionarse una venta dejado de lado lo importante que haya podido ser este futbolista, la enésima evidencia de aquello en lo que se ha convertido el Valencia, un lugar donde y hasta los pilares del club son repudiados), será vendido o sacado d cualquier manera posible con tal de no tener que gastar parte de la masa salarial en el ex futbolista del Malga mientras que, Eray Cömert sí tiene pinta que hará la pretemporada con un Valencia al que, una temporada más, no le dejan despegar esas alas ni volver a soñar conque no tiene techo. ¿Qué pasará con estos dos jugadores?