Quique Monleón Ciurana

El sorteo de copa deparó que uno de los duelos que se disputarán en estos octavos de final será entre valencianos y gallegos, donde resalta, por encima de todo, el reencuentro entre Rubén Baraja y Rafael Benítez, dos de las máximas leyendas del club valencianista que llevaron al club del Turia a las máximas proezas de su historia entre ellas la de ganar 2 ligas en 3 años o levantar la copa de la UEFA en Göteborg ante el Olympique de Marsella. El 17 de enero, el vallisoletano y el madrileño cruzarán caminos de nuevo después de haber pasado casi un lustro juntos en Valencia, haciendo más que felices a los millones de valencianistas que, en esta fecha copera, romperán en aplausos nada más el entrenador del conjunto vigués pise el césped de la que fue su casa.

La copa del rey siempre nos trae momentos que reafirman que es una de las competiciones más espectaculares de nuestro fútbol. La magia del sorteo quiso que el Valencia de Rubén Baraja, una de las sensaciones de la temporada tras empezar como un cañón la competición doméstica y situarse a tan solo 2 puntos de la última plaza que da acceso a Europa le tocase un Celta de Vigo que, pese a no estar viviendo una de sus mejores temporadas en la élite, parece haber dado con la tecla tras ganar en casa ante el Real Betis y pasar sin sufrir en exceso ante un Amorebieta que murió en la orilla llegándole a encajar dos goles a un conjunto gallego que volverá a Mestalla donde esta misma temporada sacó un valioso punto en un estadio donde es difícil puntuar (que se lo digan a Atlético de Madrid, Barcelona o Villarreal que entre ellos únicamente han podido sacar un punto de los nueve posibles) habiendo hecho de Mestalla un fortín donde solamente Osasuna y Real Sociedad han podido sacar los 3 puntos y el Celta, junto al mismo Barça tan solo pudieron sacar 1, un punto que para el Celta está siendo más que valioso, ya que le mantiene por encima de unos puestos de descenso que es el objetivo más que a evitar por los de un Rafa Benítez que ya pudo sentir el cariño de la afición valencianista el pasado mes de noviembre cuando se produjo el ya comentado empate.

Ambos equipos llegan tras “convencer” en lo que a copa respecta. El Valencia, tras vencer por la mínima al Logroñés y sufrir ante el Cartagena, se verá las caras ante un Celta que ha hecho más de lo mismo en su camino a los octavos de final: sufrir en casa de un rival de categorías infinitamente inferiores a lo que le corresponde al equipo gallego (ganando por la mínima ante el Sestao por 1-2) y ya antes de dar el paso a octavos, ganó al Amorebieta tras irse al descanso perdiendo por 2-1 y rematando en una segunda parte que da a entender que el Celta está vivo en una competición donde todo puede pasar, ya que, como bien sabemos, octavos y cuartos de final se juega a un único partido, por lo tanto, y si pillas desorganizado a tu rival y propones un futbol vistoso, puedes plantarte en unas semifinales casi sin pestañear como bien llegó a hacer el club norteño que, hace no más de una década, llegó a dos semifinales quedando apeado por Barcelona y Alavés (2015 y 2016 respectivamente).

Será la segunda eliminatoria (primera con el nuevo formato), donde valencianos y celtarras jugarán por estar en la siguiente ronda de la copa del rey. Para encontrar el primer y único partido donde ambos conjuntos se enfrentaron por un puesto en la siguiente ronda, hay que retrotraerse a 2017 en gélidas fechas como las que vivimos a día de hoy (puesto que aquel partido se disputó un 3 de enero), para conocer el resultado de un encuentro que se decantó y de forma apabullante para un Celta vivía una temporada de ensueño llegando a pisar dos semifinales, las coperas y en Europa League donde y haciendo sufrir a todo un rival como el Manchester United murieron en la orilla en lo que hubiese significado una gesta para un club con ganas de sumar su primer título importante a las vitrinas únicamente presididas por trofeos de la segunda división o la Intertoto (competición no oficial). 

Por parte del Valencia, el Pipo Baraja que, a pesar de que parece que lleve mucho tiempo al mando del conjunto de Mestalla, vivirá su primera eliminatoria copera siéndole de mucha ilusión a un entrenador que le ha devuelto la sonrisa al Valencia, normalizado ya el escuchar el cántico relacionado con él (Pipo Baraja) antes de que el balón eche a rodar en cada uno de los encuentros que corresponden a partido en casa del Valencia. Rubén Baraja tiene muy buena relación con la copa, en la retina de los seguidores más adultos del conjunto valenciano queda grabado el gol que supuso la victoria ante el FC Barcelona en semifinales de 2008, que llevo a un irregular Valencia, que las había pasado difíciles en liga, a una final copera donde acabarían haciéndose con el título casi 10 años después de la última consecución, que no fue ante otro que contra el Atlético de Madrid en la misma Cartuja donde como ya parece indicar, será la sede de esta final tantos años como sea querido por la RFEF. 

Tanto Valencia como Celta deberán sudar sangre si buscan estar entre los 8 mejores de la competición. Para Benítez, entrenador más que laureado y ganador de una Champions League, es todo un desafío puesto que no tiene todavía uno de estos títulos en su vitrina y se le recuerda más por lo extradeportivo en lo que a copa de refiere (el más que famoso capítulo de Cheryshev todavía retumba en el fondo del Nuevo Mirandilla) que por loo labrado en la competición del KO. Pese a que las apuestas den por favorito al Valencia, la copa es un caso aparte y nunca hay que confiarse porque te puede pasar como al Villarreal y que te eliminen de la forma más cruel. 17 de enero 20h, Mestalla tiene en su mano el paso a cuartos para ambos conjuntos.